Martes , 27 Junio 2017

Proyectos futuros y el pueblo en la retaguardia

El régimen cubano en su afán de salir del atolladero económico en que se hunde pide el agua por señas. Una modalidad histórica: priorizar la inversión extranjera y que sean otros los que pongan en riesgo el capital.

Recientemente el director de “Negocios” del Ministerio del Turismo José Daniel Alonso destaco que para el año 2020, el país contará con una infraestructura de 85 000 habitaciones en la industria del ocio; el proyecto cuenta con una cartera de 101 nuevas oportunidades de negocios para la ampliación y diversificación en el ramo, para el 2030 se prevé llegar a las 110 000 capacidades de acuerdo con las nuevas y sustanciosas oportunidades que ofrece la “Ley de la Inversión Extranjera en Cuba.”

De que los hay, los hay…

Y es que en Cuba la cifra de familias sin viviendas (desamparados sociales) está por encima de las 38 000 según un informe extraído del censo de población y viviendas del año 2012. El déficit habitacional de familias damnificadas por los desastres naturales desde el año 2002  esta recogido en esta cifra, y  todavía viven en albergues o facilidades temporales; en la Capital el propio gobierno reconoce un promedio de cuatro derrumbes diarios, por lo que la bolsa de necesitados se incrementa.

El Ministro de Economía y Planificación  Marino Murillo Jorge reconoció recientemente, que se estiman concluir 6 000 viviendas en el país al cierre del primer semestre del año, cifra irrisoria teniendo en cuenta las necesidades de la población, lo que no informó el titular de la economía en la isla, (hombre clave en las reformas raulistas) es: ¿Cuántas de estas viviendas serán asignadas al aparato represivo: FAR, MININT?. Cuantas se entregarán a los familiares de los dirigentes del Partido Comunista y el Gobierno?.

El pueblo humilde harto de promesas y proyectos futuros ya no piensa, tampoco vive, anda con el yugo a cuesta aun cuando logró quitarse la venda, trae consigo el despecho de haber sido engañado y muchas veces explotado, sobran los grilletes y las cadenas. El miedo enraizado hasta los huesos después de decenas, de años de terror, ¡Sálvese quién que pueda! Es la consigna de moda:” Somos la retaguardia dice un anciano que vende alguna cosa.!

Y no deja de tener acierto. Una retaguardia sin proyectos, ni futuro. Que será de las nuevas generaciones. ¿Resistirán.?


 

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