El daño medioambiental sobre el Reparto Playa Girón y sus pobladores, ocasionado por las lagunas de oxidación del central azucarero “Argeo Martínez”, en el municipio guantánamero Manuel Tames, ha sido denunciado a todas las instancias del territorio, sin que tenga al menos una respuesta de los organismos e instituciones del estado. Lazara Torres Cintra, vecina de esa demarcación denuncia al respecto.
“Este reparto fue construido en 1961 para los trabajadores de la industria azucarera, en 1997 fueron creadas las lagunas dañinas en contra de la voluntad de los residentes en el lugar, que desde un inicio establecieron sus quejas previendo las afectaciones futuras, 13 años después en el 2010 quedó demostrado el grado de contaminación al que nos han expuesto ciertos dirigentes que dicen ser revolucionarios y les importa un bledo la vida y la salud del pueblo.
Tengo elementos probatorios que demuestran cuánto daño han causado… Fíjense que aquí los niños nacidos del año 1997 en lo adelante, en su mayoría padecen de trastornos respiratorios, personas adultas también sufren de afectaciones respiratorias y alergias epidérmicas; según estudios médicos efectuados a vecinos del lugar, se han demostrado altos niveles de plomo en la sangre.
A todo ello hay que sumarle la afectación a la flora y la fauna, el daño en los equipos electrónicos, las paredes y placas de las viviendas, hasta las prendas de vestir y las joyas se ennegrecen y los cables eléctricos se corroen al punto de afectar el servicio.
Como es de suponer, los pozos de agua para consumo de la población también sufren contaminación a través del nivel freático.
Pero hay más…, las tuberías de aguas albañales se averiaron al construirse la estación de bombeo para trasvasar el mosto a las lagunas de oxidación. Ahora los albañales brotan por los desagües de las casas y tuvimos que hacer zanjas.
Para colmo, las lagunas ni siquiera poseen una cerca perimetral que prohíba el acceso de personas y animales. Las lagunas fueron construidas a unos 17 metros del pueblo, eso indica que los que planificaron esta obra, jamás pensaron en los cientos de seres humanos que aquí vivían.
Por último, quiero añadir, que cuando la destilería está trabajando, el escape de monóxido de carbono se expande por todo el batey contaminando más el ambiente.
Nuestro reclamo no tiene respuesta, hasta el delegado renunció a su cargo ante la impotencia por la falta de voluntad humanista del gobierno y sus dirigentes.
Hablan de la contaminación que producen las grandes empresas petroleras y otras, casi siempre norteamericanas… Pero no se fijan en los desastres contaminantes que tienen dentro de la isla. ¡Hay muchas formas de hacer Terrorismo!, concluyó enfáticamente esta vecina que sólo exige su derecho a vivir lejos de un medio contaminado por la indolencia totalitaria del sistema.