Martes , 27 Junio 2017

La cara oculta del Sistema de Salud Cubano

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Imagen de la paciente, Ana Elsa.

Durante más de medio siglo y hasta nuestros días el régimen comunista de la isla ha vendido al mundo, como un logro, un Sistema de Salud gratuito y al servicio de todo el pueblo.

Ana Elsa Ferrer Manrrique de 74 años de edad fue internada el pasado 18 de octubre en el Hospital Nacional al cual pertenece, por residir en el municipio Boyeros.

Según nos cuenta Ana Elsa con mucha lucidez en sus declaraciones.

“Estuve ingresada en la sala de traumatología del Nacional tras presentar una fractura de cadera que requiere intervención quirúrgica inmediata. ¡Asombroso! Existe problemas con el abasto de agua y los salones de operación están contaminados.

A ello hay que agregar que el hospital no cuenta con avituallamientos, y hasta el cubo de bañarte debes de llevar, por casualidad no tienes familia que te asista con la comida, pues corres el riesgo de intoxicarte con los productos cárnicos que ofertan y la pésima calidad de los alimentos que allí se elaboran.

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Hospital Hnos Almejeiras.

Después de cuatro días de odisea, dolor y sufrimiento; mi hija estableció una queja en el Consejo de Estado y el día 22 fui trasladada para el Hospital Hermanos Almejeiras.

Pero la desidia se empeña en perseguirme y hoy día 25 todavía no logro que me operen. Ahora la causa es que no existe plasma sanguíneo tipo O+ en los bancos de sangre; somos ya seis casos los que nos vemos afectados en estos momentos por la carencia de sangre en este hospital, tal vez decenas en toda la isla.

Si quisieran solucionarlo podrían solicitar apoyo para resolver este problema humanitario. Sin embargo, los médicos no dan respuesta y se ríen. ¿Qué será lo que se está ocultando? ¡Este gobierno tiene tantos secretos que justifican una y otra vez con el Bloqueo!

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Hospital Nacional.

Me pregunto si en las clínicas y hospitales donde exclusivamente se atienden extranjeros también faltarán la sangre y habrá tanta indolencia como a la que estoy siendo sometida”.

Fue la conclusión de esta  anciana desesperada.


 

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