Martes , 27 Junio 2017
En Cuba existe el delito político, aunque no se quiera reconocer

En Cuba existe el delito político, aunque no se quiera reconocer

Al querer  mostrar una sociedad perfecta, sin contradicciones antagónicas y unida entorno al Partido Comunista, partido único, los que dominan al país han querido vender la imagen de una nación totalmente revolucionaria, cuya gente la apoya totalmente, sintiéndose agradecida de sus dirigentes, incluyendo a su máximo líder el que según la propaganda oficial no ha mitigado esfuerzos por el bienestar de su pueblo.

El pueblo de Cuba, aguerrido y rebelde ha  vivido la historia de un proceso social iniciado en el año 1959, que más que bienestar ha traído frustración, al punto de ver a una sociedad compungida por el dolor de la desesperanza y la disolución.

Cuba ha sufrido por el capricho y la soberbia de los que dirigen, mandan y ordenan en las altas esferas del gobierno. La imposición de un sistema social para el cual la nación cubana no estaba preparada ni política, ni ideológicamente, y menos desde el punto de vista de condiciones materiales, con una estructura económica y social atrasadísima, lo que ha generado el estado de calamidad en que se encuentra inmersa.

Se creó el fantasma del enemigo histórico, Estados Unidos, el que ha justificado todas las aberraciones y desafueros que en política se han cometido. Suprimir la democracia como principio ha sido una decisión descabellada y humillante, suspender la libertad de expresión y pensamiento fue y es la consecuencia de la intolerancia del totalitarismo.

La sociedad cubana, desprendida y sin miramiento alguno cuando de brindar ayuda al prójimo se trataba, es hoy egoísta y  desconfiada para con sus semejantes. Todo en aras de rendirle culto a un nacionalismo que raza el absurdo cuya consecuencia ha sido enfrentar pueblo contra pueblo, hermanos contra hermanos, vecinos contra vecinos, es como si se viviera en una jungla donde todos son enemigos. La subsistencia como necesidad se ha impuesto, es la única manera de granjearse el agradecimiento de aquellos que te miden y chequean tus pasos a diario tal si fueran los dueños de tu destino.

Protestar, decir, criticar al sistema por su mal manejo y dirección de la sociedad es un derecho reconocido por la carta universal de los Derechos Humanos de la cual Cuba fue firmante en el año 1948, aunque hoy se decomisé en el aeropuerto internacional José Martí, como ocurrió el pasado día 9 de septiembre del año en curso, al serle arrebatada de la mano, de una forma violenta y grosera, por los agentes aduaneros, al señor Eduardo Pujol Valladares, cuando este regresaba de Ginebra, Suiza, después de participar en una convención a la cual fue invitado por las Naciones Unidas, lo que da una prueba de su flagrante violación en su espíritu y contenido

La oposición cubana es política por esto y por todo. Ese status se lo ha ganado durante estos años de lucha intensa y sin descanso. Hoy se lanzan los más groseros e infames epítetos contra todos los que de una manera u otra defienden el derecho a gozar de una independencia y libertad plena y absoluta, no edulcorada como la que vivimos, sin embargo, no podrán recibir el grosero apotegma de presos comunes, ellos nunca le han robado a la Patria, sino que recogen en sus pechos con dolor sus lamentos, y seguirán luchando para volver a obtener  los atributos que les han  quitado, por lo que ella sufre y llora inconsolablemente.


 

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