Para el gobierno cubano no aceptar la oposición se ha convertido en un gran dilema, en un problema que más que disminuir, sigue aumentando de tamaño, al extremo de que el Estado arrecia de forma violenta contra todas las personas que no se afilian, ni se acogen a los cánones que práctica la Revolución. La represión violenta a través de medidas extremas, como el chantaje, presiones y amenazas de todo tipo, hacen que la vida de la oposición en Cuba sea difícil y abnegada.
Vender ante el mundo la imagen distorsionada de que el pueblo cubano está totalmente unido entorno a la Revolución, es un espejismo y una vana ilusión, de aquellos que han querido convertir el proceso revolucionario, en el ideal supremo de conciencia y justicia social, cuando es todo lo contrario. Pobres y mendigos pululan por doquier, familias sin hogar están a la orden del día, trabajadores expulsados de sus trabajos por reajuste de plantillas constituye una gran realidad, lo cual dice mucho.
La oposición es la consecuencia de que todo lo que ha ocurrido durante el proceso revolucionario, no ha sido bueno. La violación constante y sistemática de los derechos humanos, ha llevado a un sector de la población a mostrar su inconformidad, y no complacencia con los discursos sin sentidos, que más que tranquilizar y llenar de esperanzas los corazones de la gente humilde, los desalienta y desanima, arrancándole del alma cualquier vestigio de ilusión.
Acallar las voces de un pueblo que aclama justicia y libertad, pero sobre todo respeto para sus derechos flagrantemente violados y ultrajados, por un gobierno que prometió dignidad y decoro, no ha visto otra manera de mostrar su desconcierto que la lucha pacífica, firme y consecuente, sin importarle la secuela, de los que caigan o estén por caer.
Tratar a un pueblo como el nuestro como si fuera un rebaño de ovejas es una infamia; pero peor es conducirlo de tribuna en tribuna, para que apoye, o al menos de la imagen de que lo hace.
La cárcel, los mítines de repudio, las amenazas y chantajes no podrán ser la solución de esta tragedia en la que hoy vivimos. La oposición es una realidad, ella existe porque existen razones más que suficientes para ello. Tratar de aplacar su voz, a través de la represión, ha sido y es un fracaso, el tiempo transcurrido así lo ha demostrado
Con este pueblo heroico se ha sido cruel e injusto. No ha merecido tanta infamia y crueldad. Aún claman los muertos por la Patria, justicia y felicidad.
