Cuba que fue una de las naciones abanderadas en el continente americano de las libertades públicas y democráticas durante el siglo xx. A partir de 1959 con el triunfo de la Revolución todo se vio truncado, el pueblo pensó y confió que sus sueños de libertad y justicia se harían realidad, pero cuánta frustración al ver como esas esperanzas amasadas durante tantos años, se vinieron abajo, traiciones, cárceles para los inconformes y los incorruptibles, todo de la noche a la mañana cambió, la sociedad se transformó en un infierno.
Se impuso una ideología que nadie aceptaba y el pueblo no creía en ella. Se trazaron reglas y normas de conductas que distaban mucho de nuestra forma de vivir, las tradiciones desaparecieron y su lugar fue ocupado por la utopía de construir un hombre nuevo, todo ha sido un calvario, el odio, la duda, la desconfianza entre los cubanos es lo que ha caracterizado la sociedad actual.
El sacrificio de este pueblo cuando enfrentó a los tiranos se vio coronado por la traición a sus aspiraciones de libertad e independencia, así como por la creación de un solo partido político, el que trazó la nueva forma de comportamiento: suprimir la democracia a la vez que imponía una sola forma de pensar y actuar.
A partir de entonces al pueblo lo dividieron en dos bandos, militantes y no militantes, los primeros bendecidos por el Estado, con todos los derechos, los segundos tildados de apátridas, los apestados y los aborrecidos por la familia y la sociedad sin ningún tipo de derechos, este ha sido el premio a tanto sacrificio y entrega a la causa independentista cubana.
Privar a una nación del derecho a la libre expresión y coartar la libertad de pensamiento es un crimen, sobre todo si nuestro país se ha pronunciado tanto en pos del libre albedrío y por las libertades individuales.
La unidad que se proclamó a los cuatro vientos, es el sueño de una gran ilusión, ni los llamados buenos están unidos, entre ellos existen odios y rencores, y los aclamados malos no se acaban de poner de acuerdo para tratar de entender que solo unidos se alcanzará lo arrebatado por la fuerza y el engaño. ¿Por qué entonces gritar viva la Revolución y el Pueblo unido?, cuando habría que gritar y llorar por la Patria sufrida y destrozada, cuyos hijos postrados de hinojos ante la memoria de sus héroes claman venganza contra quienes no tuvieron respecto y consideración por el sacrificio de aquellos que nunca dejaron caer la bandera de la honradez y el decoro.