Martes , 27 Junio 2017

Los sindicatos cubanos, una caricatura del pasado

La libertad sindical como se conoció en Cuba y como un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 23 inciso 4, fue pasto de la voracidad estatal en adueñarse y poner bajo su tutela administrativa todo aquello que se moviera y trasladara por sus pies de un lugar a otro.

Los sindicatos perdieron su libertad e independencia, ya no son los trabajadores los que eligen a sus representantes, es el Estado el que los pone y quita según su conveniencia.

Ya el sindicato cubano ha perdido su razón de ser, los trabajadores y sus problemas han sido relegados han segundo plano, solo existe cuando de apoya los planes de producción y servicio que el Estado traza.

Las secciones sindicales han suprimido ded entre sus funciones principales aquella por la cual existe, defender ante cualquier violación por parte de la administraciones estatales a sus hermanos de clase, ellas apoyan a las susodichas administraciones en todo lo que le ordena el administrador y el partido, ya nadie discute ni protesta ante esta actitud, los trabajadores son indiferentes, solo pagan la cotización la cual se le exige con tono arrogante e imperativo. Es la verdadera democracia socialista.

Ellas dejan y abandonan al trabajador cuando este reclama un derecho, el miedo a la represalia de la administración y el partido es tal que prefieren entregar a sus compañeros al juez inquisidor, como digno cumplidor de las órdenes recibidas desde arriba.

A los trabajadores se les tiene prohibido conformar sindicatos independientes, que sin miramientos y compromisos defiendan sus derechos, en Cuba el Estado lo tiene prohibido, pero muchos desafían esta postura violadora e inconsecuente, y contra viento y marea se lanzan al vacío en aras de encontrar lo escamoteado y pisoteado.

Pero ya se toma conciencia, y los trabajadores se van dando cuenta del engaño y la mentira de la han sido víctima, comienza aparecer los primeros vestigios de una rebelión silenciosa que como una marea se mueve lenta pero destructoramente

A los trabajadores cubanos el Estado los maneja y guía según convenga y hacía los aspectos que de su política necesita reafirmar, cuando hay que dar un mitin de repudio, es entonces que los trabajadores existen, o cuando hay que marchar o desfilar, entonces el que no vaya se le sanciona y se le tilda de traidor a la patria, y es cuando se analiza en el seno del partido sin ser militante, así se les paga a los creadores de la riqueza nacional.

Los sindicatos en Cuba no tienen razón de ser, para qué debe existir una organización de esta índole cuando e esta índole cuando ésta no cumple con la misión para la cual fue creada, y se desdobla entonces como una fiel servidora del amo que con despotismo y odio reprime aquellos que desde siempre han clamado justicia control el vil explotador.

El sindicalismo en la patria de José Martí, se forjó una historia rica en tradiciones de luchas y enfrentamientos en aras de revindicar los derechos de la clase obrera, sus dirigentes nunca claudicaron, ellos sabían que por encima de todos estaban sus hermanos de clases, prefirieron la muerte con dignidad a la vergüenza de la traición, y se levantaron en el tiempo con valor y dignidad.


 

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