Martes , 27 Junio 2017

El privilegio de ser extranjero

Por más de medio siglo la doctrina ideológica comunista que se le inyecto al pueblo cubano; proclamo como uno de sus valores: “No podían existir diferencias entre los seres humanos y que todos teníamos los mismos derechos, sin distinción de razas, creencias y sexos.”

En la práctica los valores revolucionarios de la sociedad socialista cubana, históricamente han ido en total declive con este tipo de comportamiento y en los últimos tiempos con el incremento del Turismo y la afluencia de extranjeros a la isla, se patentiza con mayor relevancia el irrespeto y la carencia de derechos de los naturales con respecto a los privilegios que gozan los extranjeros.

El 8 de Julio pasado la joven Yesdiley Lafita aguardaba en el Aeropuerto de Baracoa, Provincia Guantánamo, para rectificar su boleto reservado para el vuelo a la Habana; nunca imagino que se quedaría en tierra pues había reservado con varios días de antelación; sobre lo ocurrido nos comenta: “A última hora empezaron a llegar extranjeros y la persona de la recepción les concedía prioridad por encima de los cubanos que teníamos reserva, allí quedaron personas mayores, una madre con sus niños, y hasta un impedido físico que requería de una intervención quirúrgica en la capital; el hecho fue abusivo e irrespetuoso. Nadie nos dio una respuesta, tuve que viajar en ómnibus y todavía me pregunto si existe alguna resolución del gobierno que diga que los extranjeros tienen prioridad sobre el cubano.”

Las diferencias se proyectan a todo lo largo y ancho del país.

En la Habana un grupo de jóvenes universitarios planificaron compartir una noche en el Café Teatro Bertolt Brecht, y dos de ellos fueron requeridos negándoles la entrada por vestir en short, zapatos y camisas de mangas largas, según nos relata Yunier González Delaz uno de los jóvenes que vestía short. “Reconocimos la medida y hasta nos maravillamos que todavía existan lugares donde se imponga el estar correctamente vestidos, regresamos a la casa a vestirnos correctamente y retornamos al centro cultural donde nos esperaban nuestros amigos, ¡y que sorpresa al entrar, e identificar a muchos extranjeros de ambos sexos, en camisas, camisetas, short, chanclas…, llegando a lo desagradable! Indignados nos acercamos al miembro del cuerpo de seguridad que nos había negado la entrada y cuestionamos el por qué. A lo que reposto muy preciso… ¡Así es la vida, ellos son yumas. Tienen vía libre! Desde entonces nos sentimos relegados, humillados y discriminados; nos fuimos del lugar y todavía me martilla la idea en mi cabeza. ¿Qué diferencia existe entre esos extranjeros y nosotros? Duele ser denigrado y excluido. Así es la vida en nuestra Cuba Socialista, la patria de Martí.”


 

Scroll To Top