Martes , 27 Junio 2017

¿Cárceles o prisiones?

El sistema penitenciario cubano después de más de medio siglo de haber sido establecido por el gobierno socialista cubano continúa dando muestras de una enorme e incontenible corrupción judicial y administrativa que lejos de reeducar  y rehabilitar sigue destruyendo, torturando y asesinando en total impunidad. Cada año las cifras de muertes en el interior de las cáceles va en ascenso; los cuantiosos saldos se siguen acumulando en la enorme bolsa de los tantos secretos de estado que el gobierno mantiene muy celosamente ocultos.

Entre las principales causas de muerte en las prisiones y centros de detención policial se encuentran los suicidios; las personas recluidas anta la falta de atenciones mínimas para la vida humana, los maltratos físicos, las torturas físicas y psicológicas, la discriminación racial y social; y el tratamiento brutal de detrimento de su integridad y dignidad humana; a los que hay que agregarle la injusticia, la violencia, el hambre y las enfermedades, hacen que las personas recluidas vayan perdiendo la ilusión por la vida; las altas e injustas condenas, el aislamiento en solitario durante largos periodos de tiempo; la falta de contacto humano y sin elementos de estímulo; también contribuyen, fundamentalmente en los más jóvenes; para que atenten contra sus vidas…

Otra de las principales causas de muertes son las enfermedades; existen enfermos en las prisiones cuyas condiciones de insalubridad los hacen más vulnerables…  El sistema penitenciario de la isla es un reservorio natural que no requiere de tecnología avanzada para cultivar parásitos, bacterias, virus y hongos; las condiciones de hacinamiento facilitan la proliferación de enfermedades; tal es así que desde el pasado año hasta la actualidad se siguen detectando brotes de la epidemia del cólera en casi la totalidad de los centros penitenciarios de Cuba.

Las muertes en circunstancias extrañas también acumula decesos dentro de los muros carcelarios; pues resulta cruel y despiadada la cadena de agresión y lesionados que mantienen las fuerzas militares, no son pocas las ocasiones en que las salvajes golpizas lesionan gravemente a las víctimas; afectándoles órganos vitales capaces de causar la muerte; estos asesinatos donde se les va la mano a los custodios resultan encubiertos y amañados; colgar el fallecido de una soga en una celda de castigo es la forma práctica de justificar el crimen; los asesinatos son vil e inescrupulosamente llevados al plano de suicidio; evitando así cualquier proceso investigativo…

Hoy las cárceles en Cuba mantienen un enorme estado de similitud con los comentarios; los presos cubanos padecen de una constante violación de sus derechos humanos, especialmente del derecho a la vida… Y todo indica que los militares continuarán ejerciendo impunemente la represión y el terror contra los sancionados muy lejos de todo concepto humanista y violando las normas y los principios desarrollados por la ciencia penal internacional y las reglas mínimas para el tratamiento a los reclusos; las garantías fundamentales y los compromisos para las personas bajo reclusión seguirán incumpliéndose; la cárcel y el cementerio en Cuba continúan siendo sinónimo; y a la vez que siguen ofreciendo discursos en el extranjero sobre el apego al derecho internacional, la defensa y el respeto de los derechos humanos; lo cierto es que en los hechos dentro de los establecimientos penitenciarios hay demasiadas contradicciones como que para las palabras tan elocuentes tengan un mínimo de credibilidad.

De ahí que muchos; fundamentalmente los familiares de los recluidos cuestionen si estamos en presencia de cárceles para reformar ó antros de la muerte.

Habana-Cuba 7 de septiembre de 2013  


 

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