Para muchos fuera y dentro de la isla, el tema de las Prisiones y el sufrimiento de los confinados, cayó en el desgaste y está agotado. Quienes se desentienden y sienten temor de repetirse, incurren en la complicidad con la barbarie; hasta existen los que defienden el criterio de que los sancionados merecen enfrentar los más crueles castigos, tortura y hasta la perdida de la vida, ignorando la condición humana de estas personas, muchas de ellas injusta y arbitrariamente condenadas sin el más mínimo derecho a probar su inocencia, ignorando incluso, que en esos mismos antros sufren y han sufrido millares de hombres dignos y valientes por la simple razón de pensar y expresar sus ideas contrarias al sistema comunista, o intentar liberar la Patria del régimen opresor, totalitario-militar, entronizado en el poder de forma inconstitucional y antidemocrático.
Tras 57 años de brutal y represiva dictadura las prisiones cubanas continúan su siniestro legado de destrucción y muerte, los testimonios son elocuentes y palpables hasta la actualidad.
Desde la Prisión Kilo-9 en la Provincia de Camagüey el Prisionero Político Armando Sosa Fortuny, de 74 años de edad declaró vía telefónica:
“La población penal enfrenta altos índices de desnutrición, se emplea el Hambre como mecanismo de castigo, cientos de reclusos sufren de neuropatías producto a la hambruna prolongada, el virus de la Tuberculosis sigue tomando nuevas víctimas dado el grado de hacinamiento y la insalubridad de los locales de encierro, la carencia de agua potable contribuye al desarrollo de esta enfermedad y otras como la conjuntivitis, la sarna y epidemias diarreicas agudas… En el mes de Abril se detectaron varios casos de Cólera producto a la sistemática contaminación de las fuentes de abasto.
Al cierre del 2015 lamentamos la muerte de 2 reclusos que supuestamente se suicidaron mientras eran torturados en las celdas de castigo, en mi opinión fueron asesinados por los militares, eran jóvenes y amaban la vida, murieron en circunstancias muy extrañas.
En lo que va de año la violencia de los militares se ha intensificado, las constantes golpizas son más brutales y sádicas, al igual que el empleo de mecanismos de tortura como la crucifixión y el aislamiento en solitario por largos períodos de tiempo, sin contacto humano y sin ningún elemento de estímulo, con limitaciones del agua para beber, la iluminación, ventilación y el colchón para dormir.
La falta de asistencia médica y de voluntad humanista de los servicios de salud es evidente, una veintena de presos mayores de 70 años de edad, dentro de ellos discapacitados físicos y débiles visuales, otros con enfermedades en fase terminal, esperan hace años ser excarcelados por razones humanitarias que nunca se materializan.
Para mí no pido nada, después de cumplir 36 años tras estos muros bañados de sangre y muerte, aun me sobra coraje para mantener firme mi ideal y no claudicar jamás. Seguir levantando mi voz al mundo e implorar por los que sufren me enorgullece y me hace sentir el soldado victorioso que soy y al que nunca podrán doblegar.
Sin embargo, por esta vía hago un llamado de alerta a los organismos internacionales en materia y defensa de los DDHH, a la comunidad cristiana y la humanidad en pleno para que no se dejen engañar por los asesinos en el poder… Las Prisiones cubanas son un símbolo genuino de destrucción y muerte, solo se les puede comparar con los campos de concentración y exterminio empleados por los fascistas alemanes en la segunda guerra mundial. Tal es así que la tiranía Castrista jamás ha permitido, ni permitirá nunca se inspeccionen estos antros donde prima el terror, el crimen y las más perversas violaciones de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional”. Enfatizó para concluir el digno luchador.