Ante los ataques terroristas perpetuados en París el pasado viernes 13 de Noviembre que han consternado a la humanidad en pleno, aprovecho para expresar mi más sincero y profundo pesar por las víctimas y sus familiares, a quienes extiendo mis condolencias.
Lo cierto es que resulta doloroso la pérdida de vidas inocentes en todos los ámbitos; la humanidad se está auto destruyendo con tantos conflictos armados y debemos reflexionar en la raíz de estas horrendas acciones.
Indudable que no apoyamos el terrorismo, sin embargo tampoco podemos cruzarnos de brazos ante las invasiones militares, las guerras fratricidas, los bombardeos, donde mueren millares de personas inocentes. Pareciera que una insania colectiva se apoderara de la gente y no existiera otra manera de resolver sus diferencias que iniciando guerras, cuyo fin es bien incierto.
Tras las ultimas acciones en Francia el presidente ruso Vladimir Putin solicitó unir fuerzas contra el terrorismo; como si fuese poco la ofensiva beligerante que las fuerzas militares rusas han desarrollado en los últimos días en Siria, donde centenares de personas inocentes han perdido la vida y que nadie menciona; ¿o es que acaso tras la lucha contra el terrorismo hay que barrer de la faz de la tierra países y poblaciones enteras?
Según los propios medios estadounidenses, las operaciones militares de los EEUU contra Siria e Iraq cuestan entre siete y diez millones de dólares diariamente, hasta la fecha el gobierno norteamericano que preside el premio nobel de la paz Barak Obama, ha empleado mas de 1 500 millones de dólares en la lucha contra el terrorismo, que seguramente habrían tenido una mejor finalidad de haber sido utilizados en curar o paliar enfermedades, o para sacar de la pobreza a los millones de familias en el mundo que se deshacen entre el hambre y la pobreza extrema.
Coincidimos en contrarrestar los actos terroristas y las vandálicas acciones del llamado estado islámico.
Pero hay que preguntar: ¿Quién provee la tecnología, los explosivos y toda la logística a estos grupos armados? Me llaman la atención los gobiernos y líderes mundiales con historial militar y espíritu obsesivo por las armas y las guerras, que puedan estar tras estos actos de terror como justificación para desatar una tercera guerra mundial. “El fin justifica los medios”, piensan muchos seguidores de Maquiavelo.
En estos horrendos crímenes cabe la posibilidad de que se encuentren implicados gobiernos y gobernantes, mayoritariamente los de tendencia militarista que no pierden la mínima oportunidad de demostrar su poderío bélico. Sería bueno que los más poderosos meditaran si es efectivo atacar a terroristas a costa de la destrucción de países y pueblos.
Aboguemos por el cumplimiento y respeto de los Derechos Humanos y la Paz mundial.
