Durante las audiencias celebradas en el Congreso de los Estados Unidos sobre las negociaciones para el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba solo ha salido a relucir algo que es conocido por todos: la naturaleza del régimen cubano no ha cambiado.
Así, rotundamente lo reconoció Tom Malinowski, subsecretario de Estado para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de la administración de Barack Hussein Obama.
En la clausura del último período de la Asamblea Nacional, en diciembre pasado, Raúl Castro afirmó “…no estamos dispuestos a cambiar nuestros principios”. Palabras que repitió durante su intervención en la Cumbre de la CELAC, celebrada recientemente en Costa Rica, donde le exigió a Estados Unidos el levantamiento del embargo, la devolución de la Base Naval de Guantánamo y la eliminación de la lista de países patrocinadores del terrorismo, entre otros puntos más, para reiniciar las relaciones diplomáticas interrumpidas hace más de 50 años.
Y aunque las palabras se las lleva el viento y los seres humanos cambian de parecer, en muchas oportunidades igual que el viento, las opiniones del general cubano no deben ser asombro o desconocimiento para el actual inquilino de la Casa Blanca.
Sin duda el señor Ricardo Zuñiga, subsecretario de Defensa Nacional para el Hemisferio Occidental se lo debe de haber hecho saber al propio presidente Obama por adelantado.
Zuñiga, quien formó parte de la delegación estadounidense que por espacio de 18 meses sostuvo conversaciones secretas con la parte cubana, es un think tank especializado en el tema cubano y un destacado politólogo, que estuviera destacado en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana – SINA por sus siglas en inglés – durante la primera década del presente siglo.
Quizás Zuñiga cambió de opinión con respecto al represivo y totalitario desgobierno existente en la isla. A lo mejor mañana amanecemos con la noticia de que Raúl Castro proclama que sus mejores amigos son los Estados Unidos y “el imperialismo yanqui” pasa a ser “su socio capitalista”. No es de dudar que todo esto es una estrategia bien trazada para terminar de producir el cambio fraude en Cuba a espaldas del pueblo.
Dicen los estudiosos en la materia, que la historia se repite una vez como comedia y la otra como tragedia. ¿Regresamos a los Acuerdos de París al finalizar la Guerra de Independencia donde los cubanos fueron ignorados y marginados?
¿Y los fusilados, y los ejecutados extraoficialmente por el totalitarismo castrista? ¿Y las familias divididas; y los miles de condenados injustamente por reclamar sus derechos ciudadanos? ¿Y los desterrados, y los ahogados en medio de la mar?
¿O es que al señor Ricardo Zuñiga de nada le sirvió sus encuentros con los disidentes cubanos y la ola represiva de la Primavera Negra del año 2003 durante su estadía en la SINA? Tiempo al tiempo.
[En la imagen: el presidente Obama y su principal asesorpara asuntos de América Latina, el estadounidense de origen hondureño Ricardo Zúñiga (foto Xinhua)]