La prensa internacional destaca la venidera Cumbre de las Américas, a celebrarse en Panamá la próxima semana, con un posible encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama y el general cubano Raúl Castro, lo que legitimaria la dictadura que por más de 50 años ha padecido el pueblo cubano.
Solo ciegos y sordos totales de nacimiento pueden ignorar las violaciones de Derechos Humanos cometidas por los hermanos Castro, no solo dentro de Cuba, sino en casi todo el orbe con su pretendida expansión del Socialismo y su exportación de guerrillas en África y América y sus secuelas de muerte hambre y destrucción, hechos que Obama y sus asesores quieren, amén de muchos intereses económicos de por medio, ignorar.
El pasado 24 de marzo el Departamento del Tesoro anunció la eliminación de algunas empresas y personas cubanas de la lista de participantes en el terrorismo y el narcotráfico a nivel mundial, y que cuenta entre ellas con el nombre del Mayor Amado Padrón Trujillo, quien fuera fusilado el 13 de julio de 1989, junto al General Arnaldo Ochoa, el Coronel Antonio de la Guardia y el Capitán Jorge Martínez, todos juzgados y condenados por tráfico y contrabando de drogas y otros asuntos más, conocida como la Causa 1. Nada nuevo en este mundo, si Maduro le envía públicos saludos a un muerto, ¿por qué Obama va a impedir la entrada a Estados Unidos a un fusilado?
En la citada lista se encuentran líneas de cruceros, 4 operadoras de turismo y el nombre de cinco personas más, además de Amado Padrón, una de ellas de origen checo, Alfredo Kaufman Stern, y que está encabezada por Nury de Jesús Abdelnur.
Desconozco si la mayoría o algunas de estas empresas están en activo hoy en día. Solo las operadoras de turismo funcionan a plena capacidad, entre las que destaca Guamá Tour. Igual me ocurre con las personas de la lista, salvo el difunto que por obra y gracia de Obama ya puede entrar en los Estados Unidos sin dificultad alguna, y con Nury de Jesús Abdelnur, quien reside en el barrio de Santos Suárez, en la ciudad de La Habana.
Nury comenzó a trabajar a fines del año 1960 en la cooperativa pesquera de La Coloma, en Pinar del Río, con apenas 16 años de edad, como contador en la misma, cuando el Instituto Cubano de la Pesca era una entidad subordinada al INRA, Instituto Nacional de la Reforma Agraria creado por órdenes del propio Fidel Castro. Fue ascendiendo con el paso del tiempo hasta ser jefe de departamento en CubaPesca, una entidad comercializadora del posteriormente creado Ministerio de la Pesca, y más tarde su representante comercial en Panamá.
Si Nury se dedicó a otros menesteres, además de ventas y compras de pescados, mariscos, accesorios para pesca y embarcaciones, lo desconozco aunque no lo dudo, lo cierto es que a mediados de la década de los años 90 regresó a Cuba de improviso, para volver a su puesto burocrático anterior. Posteriormente CubaPesca fue desintegrada como empresa y Nury estuvo por espacio de un año en el ¨ plan pijama ¨ en la casa. A principios del presente siglo Nury fue jubilado por presentar problemas cardiacos y vive en Tamarindo 115, en Santos Suárez, en la misma casa donde lo crió su tío Leopoldo tras el suicidio de su madre cuando el contaba con apenas 10 años de edad, y de la cual ha tenido que ir vendiendo objetos de arte y porcelana de Sevres, discos de música sinfónica y antigua que eran propiedad de su tío, para poder subsistir.
No dudo que este sea el pago del régimen totalitario a sus servicios prestados en Panamá. Lo cierto es que Nury no tiene contacto con sus dos hijas, quienes desde hace casi dos décadas viven en los Estados Unidos. Solo Nara, quien fuera su secretaria al regresar a Cuba, y quien es su actual esposa habitan en la larga y ancha casa de Santos Suárez, a la espera del destino entre comentario y comentario de lo que ocurre en el barrio, y quizás con la benevolencia de Obama y sus asesores llegar a Estados Unidos como ¨refugiados políticos¨ Nada, cosas de la política del inquilino de la Casa Blanca para congraciarse con los Castro. Tiempo al tiempo.