Una nota oficial de la cancillería ecuatoriana informó ayer que a partir del 1ro de Diciembre, los cubanos que deseen viajar a su país, requerirán de una visa oficial.
La medida responde a la estampida migratoria de cubanos por los países de centro-américa en aras de poder llegar a los EEUU, donde podrían ser beneficiados por la Ley de ajuste cubano.
Según dieron a conocer diferentes medios oficialistas: “La nueva medida cumple el objetivo de evitar que los que se aventuran caigan en manos de las bandas armadas altamente peligrosas difundidas en la región”.
Hay que ver cuánto derroche de cinismo. ¿Es real la preocupación del régimen de la isla por su pueblo, aun cuando este decide desertar? Hasta le concede la posibilidad de regresar a la Patria a los más de 2 500 que aún permanecen atrapados en un limbo en la frontera con Costa Rica. ¡Cuanta ironía! Como si los cubanos no supieran el destino que les depara el regreso, motivo por el cual decidieron arriesgar hasta su propia vida.
Desde el 1ro de Enero de 1959, millones de cubanos han emigrado hacia otros países.
En todos estos años de Dictadura, Cuba atravesó por numerosos éxodos masivos, desde Boca de Camarioca, la Embajada del Perú en 1980, el Mariel y la crisis de los balseros entre otras de gran envergadura política, como el criminal hundimiento del remolcador “13 de Marzo”, donde perdieron la vida mujeres y niños, y el secuestro de lancha de regla que motivó el fusilamiento de tres jóvenes a manera de escarmiento gubernamental.
Así las cosas, todavía miles de seres humanos continúan arriesgando la vida, lo mismo en el estrecho de la Florida lanzándose al mar, como cruzando selvas y fronteras en países desconocidos, con el fin de alcanzar la añorada libertad.
Decenas de miles han perdido la vida en el intento; otros han sufrido largas condenas por el delito de Salida ilegal, sin embargo ninguna de estas bárbaras situaciones han podido frenar el flujo migratorio del cual culpan al Gobierno estadounidense.
Triunfar o morir en el intento es la consigna del cubano.
En el año 2013, entró en vigor el Decreto Ley No. 302, modificativo de la ley de migración, y hubo cierta flexibilización con los viajes al exterior, sin congestionar el espacio aéreo para felicidad del señor Alarcón. Pero ello no solucionó el problema, pues la demanda está por encima de lo que puede asimilar cualquier país, si dejaran emigrar sin costo alguno a los cubanos, muchos irían a parar al África, o hasta el mismo Siria, de hecho hay cubanos en todos los países del mundo.
Por desgracia el cubano de a pie no cuenta con recursos económicos para hacer turismo.
Una solución es vender la casa o lo poco que tienen, y aventurarse en viajes a países latino americanos consientes de enfrentar peligros en travesías inciertas y de mucho riesgo.
La crisis migratoria en Europa le sirvió al gobierno de la isla como tapadera de la imagen internacional, que estaría ocupada en la más reciente explosión migratoria mundial, y hasta los medios oficiales llegaron a cuestionar a los países emisores de la tragedia; mientras miles de cubanos y cubanas desafiaban fronteras, y todo tipo de peligros tratando de huir de la tierra que los vio nacer donde rige un gobierno sin futuro, ni esperanza.
Curiosamente, luego de reventar el nuevo escándalo migratorio en la frontera costarriqueña, rápidamente las marionetas de la diplomacia corrieron a cerrar el flujo, poniéndose de acuerdo con sus viejos compinches de Ecuador y Nicaragua.
La pregunta siempre ha sido. ¿Por qué emigran los cubanos?
Sencillamente la respuesta es fácil… El pueblo cubano lleva más de medio siglo liderado por un régimen totalitario y antidemocrático, ya convertido en tiranía.
Privado de sus derechos más elementales, arrastrando insatisfacción salarial, explotado laboralmente, y expuesto al hambre, la miseria, todo tipo de necesidad, víctima de abusos, injusticias, corrupción, desigualdad, y mucha represión. Un pueblo privado del derecho a elegir sus gobernantes, a escoger otro modelo social y su propio destino.
Es evidente que a los cubanos, mayormente a las nuevas generaciones, solo les queda el camino de salir huyendo, escapar, aunque en ello ponga en juego la vida, que es lo más preciado que tiene un ser humano.