El preso contestatario Julio Ortiz Argudín dio a conocer desde la prisión de Canaleta en la provincia de Ciego de Ávila, la golpiza propinada a un preso el pasado 8 de enero y otros hechos.
A las cinco de la madrugada, desde una de las celdas de castigo, se escuchaban los gritos de un preso que repetidamente decía, ¨no me den más¨. Golpiza que fue propinada sin piedad por el funcionario Alberto reeducador de la celda, junto a otros guardias.
Los presos del destacamento 9 y11, en solidaridad al preso, comenzaron a manifestarse, ¨Alberto no le des más, asesino, abajo los comunista, entre otras frases¨, así fue, como pudieron parar la gran golpiza que le estaban dando al recluso del cual se desconoce su nombre.
También, el 29 de diciembre, el capitán Vento jefe de la delegación del MININT de la provincia, pasó por una supuesta inspección por el destacamento 9, al dirigirse la fuente a él para hacerle saber de su situación, de la mala alimentación, y de los robos con violencia que cometen los presos de la provincia, contra los presos habaneros, con posesión de armas blancas, de fabricación carcelera.
El capitán en presencia de todos, le dijo, ¨que no podía atenderlo, y que a él no le interesaba lo que estaba sucediendo dentro de la prisión¨.
Por otra parte el pasado 30 de diciembre, el reeducador Daniel del destacamento ocho, se llegó hasta el destacamento 9 donde se encuentra Ortiz Argudín, y les hizo saber a los presos que les reduciría el horario del teléfono por su culpa.
El reeducador trató de incitar a los reclusos para ponerlo en su contra, a cambio de dejar el teléfono en su horario habitual. Este método se implantó en el destacamento 11, que tuvo que ser trasladado para el anterior.
Los actos de represión contra Argudín no cesan y está amparado por el jefe de la prisión el teniente coronel Luis Miguel. Afirmó la fuente.
Además se refirió, de lo ocurrido el pasado 27 de diciembre, en el destacamento 10 cubículo 74, con el preso Ariel Pérez Barroso natural de la Habana. Tres presos de la mencionada provincia, lo amenazaron con cortarlo si no le entregaba sus pertenecía. Ese día estaba de superior de guardia el reeducador del destacamento ocho, Daniel, el preso le contó lo sucedido, el funcionario le hizo saber que no era de su responsabilidad, y lo envió para la celda de castigo.
En la celda, el guardia apodado Tunas, le cayó a golpes por declararse en huelga de hambre.