Después de un penoso día rastreando latas y botellas en los muchos vertederos de Basura de la capital, Juan de Dios Sánchez esta extenuado y muy débil, hoy no se a podido llevar un bocado al estomago. A pesar de haber revolcado los contenedores de sobras en hoteles y restaurantes, no ha encontrado nada que alivie el hambre. Con sus 73 años a cuesta y la carencia de autoestima que lo caracteriza, debido a su condición de desamparo, se tira en cualquier esquina a coger energías siempre de cara al sol.
Juan de Dios es natural de Santiago de Cuba, y desde que perdió su casa en 2013 bajo los efectos del Ciclón Sandy, quedó en estado de abandono y se traslado a la capital, buscando una nueva oportunidad. Después de un rato de conversación logramos que musitara escuetas declaraciones, pues su estado de mendicidad le provoca vergüenza: “Hay días en que deseo morir. Entre el hambre y el cansancio pierdo la ilusión de seguir viviendo, ahora llega la noche, tengo que empezar a buscar donde recostarme y guarecer los huesos, así es la vida del pobre, y ni esperanza de recibir ayuda del gobierno, somos la 5ta columna, los humildes que la Revolución, nuestros gobernantes nos traicionaron y nos mantienen en total desamparo, una lacra social que va en aumento y que no se puede esconder tan fácilmente, pues somos el fruto de un sistema frustrado y una sociedad sin futuro.”
Concluyó.