La salud es un producto determinante para el ser humano, y debe ser un tema de máxima prioridad en las agendas de los gobiernos, así como un Derecho humano inalienable para cualquier sociedad del orbe.
Durante más de medio siglo los revolucionarios cubanos se han escudado tras supuestos conceptos humanistas y políticas que garantizan salud y educación gratuitas.
Sin embargo, esas actitudes de la que tanto se vanaglorian y que tienen confundidos a muchos en el mundo, se limitan solo a sostener una imagen positiva en la arena internacional, mostrar lo que el régimen gobernante quiere, y le conviene que vean; la realidad por dentro está muy lejos de la atención primaria, de la prevención y el mejoramiento a los servicios, así como la infraestructura hospitalaria entre otras fisuras.
A continuación damos a conocer algunas evidencias que ponen en duda la excelencia del sistema de salud dentro de la isla. Fundamentalmente en zonas del interior del país.
Pascual Lamot Abreu, vecino de Calle 3ra., No.19 Rpto. Armando Mestre, en el Municipio Moa, provincia holguinera, argumenta que hace nueve años sufre de insuficiencia renal y debe recibir el servicio de hemodiálisis en el Hospital Municipal de Moa.
“El problema radica en que en dicho hospital existen serias dificultades con el suministro de agua, como es lógico se me suspende el servicio, la variante que usan es la de inyectar, diez ámpulas de bicarbonato, una alternativa que me causa trastornos y deja secuelas, pues hasta me revienta los labios. El pasado día 4 de Enero, asistí al tratamiento, y prevalecía la misma situación, solo pude recibir dos horas, de las cuatro que requiere el proceso. Me pregunto cómo en una instalación hospitalaria puede existir a sus pacientes con carencia de agua. ¡Estoy convencido que en los Hoteles turísticos no falta el agua! ¿Y cual, de estos servicios es más importante? Se cuestiona el enfermo, con toda razón.
Desde Nuevitas, en la provincia de Camagüey, recibimos la insatisfacción de Magdalena Mesa, dicha anciana que lleva dos años esperando ser operada de Cataratas en ambos ojos, y argumenta con total desconsuelo:
“Hace dos años me tienen en lista de espera quirúrgica, según una enfermera amiga; en esa lista hay como 9 000 casos en la provincia esperando ser operados, ya perdí la visión y también la esperanza, en Cuba no todo lo que dicen los dirigentes es cierto, el gobierno es candil de la calle y oscuridad de la casa… Primero están los enfermos de Venezuela y otros países, a los cubanos que los parta un rayo.”
Lo doloroso de estos testimonios es que el régimen cubano exporta y recibe cuantiosos ingresos en lo que insisten en llamar “Solidaridad humanitaria”; para los de casa, tristeza, angustia y el infortunio social de un pueblo que es traicionado día tras día.