El preso contestatario y enfermo crónico Daniel Pérez Díaz, quien se encuentra en condiciones infrahumanas en la enfermería del edificio uno, por órdenes del jefe del Hospital Nacional de Reclusos, HNR, el médico militar Kelvis, y el médico Escalona, por denunciar la corrupción en dicho hospital entre médicos y presos cuellos blanco, informó que al jefe de logística del edificio uno, en una inspección le encontraron falsificación en vales y facturas de entrega y salida.
En el control realizado el pasado 16 de junio, por la Dirección de Establecimiento Penitenciario Nacional de 15 y K, encontraron también otras irregularidades en la prisión.
Entre los casos de corrupción está el del teniente Osmany Gutiérrez Ferrera, jefe del almacén de la unidad uno, a quien le encontraron anomalías en más de 400 vales.
En la prisión, que tenía que iniciar el año con 120 sacos de arroz, y 150 sacos de diferentes tipos de granos, se detectaron 12 sacos de faltante de cada producto mencionado, 60 latas de aceites, para un faltante de más de 10 latas, un tanque de 100 litro de detergente liquido, que estaba alterado con agua, y la pérdida de una gran cantidad de sábanas.
Algunos de los números de vales falsificados son 2-2, 23-4, 25-2, 26-14.
Según la fuente, debía de tener en existencias más de dos mil sabanas, y solo se utilizaron 300 sabanas para el destacamento dos, y en el destacamento cuatro, en los vales, 1-3, 56-8, para un faltante de 476 sabanas.
Aseguró Pérez Díaz que su fuente le dijo que el teniente Osmany falsificó la firma del teniente Eliecer, jefe de la unidad uno, que fue trasladado del campamento La Lima, para sustituir al militar Rafael Riquelme, que también falsificó las firmas, que ahora se encuentra en la prisión de la 1580, bajo una supuesta sanción, degradado.
Igualmente el teniente tenía un acta de responsabilidad material, con firmas falsificadas de otros oficiales, de todos los destacamentos, y en vales de transferencias, otra cantidad de vales perdidos de los destacamentos 7 y 8, que fue donde se descubrieron las sábanas pérdidas.
Como es de costumbre entre los militares corruptos, Osmany trató de utilizar al recluso Mario Suarez Yanes quien era el ayudante de él, para echarle la culpa de los robos. Fue severamente golpeado por el oficial el pasado 27 de junio a las 9 de la mañana. Alegaron que el reo era totalmente responsable de las pérdidas que había en el almacén. También quisieron responsabilizar a otros reclusos, a quienes intentaron golpear también.
El reo Mario Suarez le confesó a la fuente que el teniente Osmany lo llevaba en muchas, ocasiones a la cocina militar para que le sacara las postas de pollos de las cajas, junto a otros productos y se lo echara en la mochila para llevárselo para su uso personal.
El 5 de mayo este oficial lo mandó a que sacara una caja de 25 postas de pollos, dos pomos de 200ml de aceite, y dos pomos de detergente líquido, para su familia en Matanzas.
También refirió el preso Suarez que Osmany se queda con el aseo personal de algunos presos que se niegan a los beneficios, que son, pastas de diente, jabón de baño y de lavar y pares de tenis.
El jefe de logística de la prisión Matamoros, quiso también librarse de la responsabilidad.
Casos como estos ocurren en la prisión antes mencionada y en las más de 200 prisiones del país, campamento y asentamientos. Los militares quedan impunes ante la justicia militar.
Las sanciones en su mayoría son: rebaja del grado, cargo y traslado para otra prisión por meses. Cuando cumplen la supuesta sanción, regresan al mismo lugar con grados más altos.
Hace un año ocurrió un caso similar, la corrupción del capitán Maxwell Manduley Bermúdez, que hacía negocios de estupefaciente con los presos, y a quien le descubrieron faltante de medicamento y que los presos lo sobornaban. El preso que alteró las facturas bajo coacción, fue golpeado y trasladado para la prisión de Kilo 5 y medio. El militar, como sanción, fue enviado a pasar un curso y regresó con el grado de mayor y jefe de la unidad dos.
También hace poco el oficial Alcides se robó varios productos alimenticios de la cocina, y los trasladó para su casa en la guagua que conduce a los presos.
El militar Osmani Gutiérrez Ferrera, amenazó a los presos. Les dijo que se iban acordar de él para toda su vida, que los iba a enviar de cordillera a prisiones de régimen especial en otras provincias.
Los guardias del MININT, se roban el dinero de los presos, atentan contra la vida de ellos, se roban entre ellos, echan a fajar a los presos para su conveniencia, cometen delitos de perjurios, corrupción, y malversación, venden licencias extrapenales, y todo queda como en familia.