Desde la prisión disciplinaria Kilo 9, en la provincia de Camagüey, el preso Eduardo Gamboa Suarez, informó por vía telefónica de la censurable situación de los presos.
La vida de los presos en las cárceles cada vez es más inhumana.
Los reos tienen que soportar las torturas y actos degradantes e inhumanos que se cometen a diario en las cárceles cubanas contra ellos. No pueden defender sus derechos, ni pedir ayuda cuando están enfermos. Si lo hacen, los militares los amenazan, los chantajean, y maltratan física y verbalmente, y en ocasiones son trasladados.
A los que realizan huelgas de hambre, a los cincos días los sacan de los destacamentos y los trasladadan a celdas de castigo. Una vez allí, les propinan severas golpizas, les lanzan agua y le niegan la atención médica. Cuando terminan sus juegos diabólicos, algunos están desmoralizados. Luego los trasladan de prisiones justificando que cometieron delitos dentro de la cárcel.
Decenas de ellos son llevados al suicidio.
Hace aproximadamente dos meses que el preso Rafael, quien no recibe visitas familiares y no ve a su hijo por falta de recursos, por lo que comenzó una huelga de hambre el pasado 15 de marzo en protesta por las condiciones incalificables en que está y porque no recibe ningún tipo de beneficio social por parte de la jefatura y la asistencia social de la prisión.
Los militares no respetan sus reglamentos y mucho menos se comportan cómo deben actuar dentro de las prisiones. Debido a esto, decenas de presos no tienen seguridad de vida ni protección por los militares que se venden por dinero o cualquier objeto.
Tal es el caso del preso Ernesto González Gómez, de 25 años, que teme por su vida.Teme que un guardia le introduzca en el destacamento al preso que asesinó a su hermano.
También refirió la fuente que la jefatura de la unidad decidió negarle el régimen de mínima por tres meses al preso Héctor Romero Rodríguez, luego de haber cumplido el año de castigo por haber ingerido bebida alcohólica en el campamento Sabanilla.