Entre las tantas promesas hechas a los cubanos por más de cinco décadas en el poder, está la que el país produciría más queso y más leche que Holanda.
Hoy la realidad es muy inferior a las expectativas, después de tantos años los pobres en la isla que son la mayoría, no pueden adquirir un pedazo de queso, ya que exclusivamente se oferta en moneda libremente convertible en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD), con precios por las nubes.
La leche continúa normada por la libreta de racionamiento hasta los siete años de edad, y para ciertos casos que la requieren por problemas de salud y la reciben en días alternos.
Para muchas personas que no tienen asignación de leche, resolverla es una meta diaria y deben pagarla aprecios muy altos en este mercado ilegal, la otra opción es comprarla en el mercado en divisas, donde el litro cuesta 2,35 ctvs. cuc, es decir unos 59 pesos moneda nacional.
Desde tiempos remotos muchos son los niños cubanos que a diario parten a las escuelas sin llevarse un vaso de leche al estómago.
Sin embargo muchos campesinos coinciden en que antes de 1959, la leche en Cuba no era un problema y hasta los más pobres la consumían, la leche prácticamente se regalaba pues un litro costaba 0.5 ctvs. Y con mucha higiene y calidad que se ofertaba
Otra época de oro de la leche fue por los años 70, había comida y la leche, el yogurt, queso, mantequilla era por la libre, pero aquello se acabó con el derrumbe del campo socialista, era como si todo viniese de allá. Alega una anciana que dice haber vivido aquella época y la anterior al triunfo revolucionario.
El gobierno de Raúl Castro ha retomado el tema de la leche y en sus planes y promesas aspira a que todos los cubanos puedan beber un vaso de leche cuando lo deseen y para ello se conformó desde el 2007 una nueva estructura con un ambicioso programa, como es lógico estos nuevos planes se mantienen como una experiencia en estudio, del dicho al hecho todavía falta un gran trecho.
Lo cierto es que Cuba se ha convertido en el país de los experimentos, tal es así que llevamos mas de cinco décadas embobecidos con los planes y las promesas de la Dictadura, sin que se vean los resultados, a no ser que cada día hay menos de todo y mas pobreza.