Existen en el municipio de Manzanillo, de la provincia Granma, una serie de talleres para la reparación de los equipos electrodomésticos, a los que acude la población con el imperante propósito de solucionar sus problemas y la angustia que se genera ante la rotura, por ejemplo: de una cocina eléctrica, un refrigerador o un televisor, para citar algunos casos. Sin embargo, se choca con la triste realidad de la no existencia de piezas de repuestos o -si logra resolver la cuestión- puede obtener una reparación deficiente o temporal con complementos de mala calidad o arreglos improvisados, por la no existencia de los accesorios necesarios.
En el centro de la ciudad continúan trabajando dos talleres de electrónica y enseres menores, pero casi nunca cuentan con los recursos necesarios. Por ejemplo, no hay resistencias para las cocinas, no existen los aditamentos precisos para el arreglo tanto de las ollas arroceras como para las conocidas de forma popular como “ollas reinas”.
Como se hace imposible el arreglo de una batidora o un ventilador, en muchas ocasiones se anota a los usuarios en interminables listas de espera, hasta el arribo de las dichosas piezas; pero nunca se sabe cuándo llegarán y el tiempo que hay que esperar por ellas, porque en el taller no tienen ni idea.
También esto ocurre con la reparación de los refrigeradores no cuentan con juntas, motores, bombillas y otras piezas y existe el mismo mecanismo de la lista de espera.
En la Avenida del Malecón está un taller conocido como Copextel para el arreglo de televisores, allí solo reparan las marcas Panda y Hair quedando fuera todas las otras. Según directivos de esta unidad hay insatisfacción y quejas de la población y en estos momentos tienen grandes limitaciones para la reparación de los equipos de informática, priorizando los sectores de la salud y educación; así como la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (conocida como los Camilitos) y todo lo relacionado con la docencia.
En la actualidad están a la espera de la entrada de algunos flyback, pero plantean que serán los últimos, pues es una tecnología ya en desuso. Ellos no pueden hacer ningún compromiso, porque la solicitud de medios no es potestad de la Empresa Municipal, sino de la Provincial, algo que sucede cuando falta la descentralización de los recursos.
De todos es conocido que el país acostumbra a importar equipos con insuficientes repuestos e incluso sin ningunos, lo que propicia suceda que, al pasar algún tiempo y perder parte de la vida útil, se inutilicen.
La única solución que tienen los usuarios para todas estas dificultades, es acudir a los trabajadores por cuenta propia, en muchos casos ilegales, o comprar lo que necesitan en el mercado negro, pero es una opción a la que todo el mundo no tiene acceso, por lo elevado de los precios; esto limita a un importante grupo de personas que tienen bajos ingresos económicos y se les hace imposible acceder a estas alternativas.
Lo más difícil de asimilar es que esta desagradable situación -dada las muchas limitaciones de la economía cubana y la falta de gestión de los que la dirigen a cualquier nivel- en un futuro bien cercano se agravará en vez de mejorar, como es natural en detrimento de nuestra vulnerable sociedad.
Manzanillo, 20 de febrero de 2017