Acercarse a la juventud y escuchar sus opiniones hoy en día constituye un reto, producto a la diversidad de criterios.
El desinterés por la política y la desconfianza inoculada desde la niñez son evidentes. No obstante podemos definir sin temor a equivocarnos, que los jóvenes cubanos tienen muy bien abiertos los ojos y también tienen conciencia del futuro que añoran.
Conversando con un grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad de la Habana, los cuales por razones de seguridad prefirieron no ser identificados; pude comprobar como a la juventud de la isla, no le interesa la política a pesar que el régimen se empeña en demostrar lo contrario.
Durante 54 años en Cuba, la política ha significado manipulación, engaño, propaganda burda, intolerancia y represión. Los universitarios abordados coinciden en que su participación en las manifestaciones y organizaciones de apoyo al régimen, son el resultado de mecanismos de chantaje y compulsión de un sistema totalitario; “si no participas te cuestionan, te amenazan y puedes perder la carrera”.
Estos universitarios están conscientes de que se violan todo tipo de libertades y derechos por parte del sistema. Pero la lección más importante que se puede extraer de este encuentro es el descreimiento que tiene el régimen entre los jóvenes, ya que resulta imposible creer, cuando ha sido el propio gobierno quien ha socavado toda relación de confianza al no ofrecer un proyecto de sociedad, con el que los jóvenes se identifiquen.
Los jóvenes cubanos no tienen un modelo de vida y su única esperanza es la de abandonar el país, este sueño implica a todos desde los hijos de los dirigentes hasta los más pobres.
Cuando se tienen estas edades en las que se vislumbran y elaboran los proyectos futuros, predomina la búsqueda del camino para realizarlo. Una vez trazada la meta se busca el camino más seguro.
En una sociedad como la nuestra, donde no solo el futuro, sino el vivir diario son inciertos, esto resulta sumamente difícil.
La juventud cubana quiere conocer el mundo, subirse en el carro de las oportunidades, realizar su proyecto de vida, expresarse y pensar libremente; escoger su música su lectura y que se respeten sus gustos y preferencias. Con razón muestran su inconformidad, pues la oferta del sistema social implantado en la isla, no va más allá de la supervivencia.
A los cubanos solo le resta sobrevivir ante la difícil realidad del fracaso; por eso puede decirse que la juventud el sector más descontento dentro de la sociedad cubana.
De hecho muchos jóvenes se preguntan hoy en día ¿Cómo puede catalogarse un sistema político que le niega a sus ciudadanos, derechos que solo reserva a los extranjeros?
El rechazo a la situación social comienza a manifestarse en el ambiente juvenil cada vez con mayor frecuencia, tal vez nos estamos acercando a un escenario en que la gente joven comience a ser más exigente en busca de sus sueños y esperanzas.