Martes , 27 Junio 2017

En la UNPACU no conocemos el miedo

La dictadura de los Castro, como todas las dictaduras, se sostiene principalmente por el miedo que infunden a la población con sus acciones represivas. El temor a  la prisión, a los golpes, al acoso constante, a la  asfixia económica y a otras infames acciones, paraliza a muchos ciudadanos que desean una Cuba libre, democrática, justa, próspera y fraterna. Por suerte cada día son más los que vencen sus temores y se suman a la lucha por un futuro mejor para todos.

El pasado jueves 17 de diciembre me encontraba en La Habana, la dictadura decidió detenerme y enviarme de regreso para Santiago de Cuba. No quieren a miembros de la Dirección Nacional  de la UNPACU en otras provincias. Como la mayoría somos de la Provincia Santiago de Cuba y Santiago de Cuba es la Provincia donde más ha avanzado nuestra causa, temen muchísimo que elevemos en otras regiones el activismo prodemocrático al nivel de Santiago de Cuba.

Con toda la represión que protagonizan contra nuestra organización, no han podido evitar que la lucha avance en otras provincias, por eso el desespero de la dictadura. El pasado día 17, al detenerme, montaron un ridículo teatro, o más bien una payasada, con la intención de asustarme con la prisión. Buscaron un juez del Tribunal Provincial de La Habana, quien me comenzó a leer unos documentos y a explicarme que no podía salir de mi provincia sin autorización del tribunal, debido a que  estoy en libertad bajo licencia extrapenal.

Le  dije a aquel instrumento de la dictadura que antes de amenazar a una persona hay que conocerla primero. Que no todos permitimos que nos asusten. Le recordé al “juez”, y al teniente Coronel que le acompañaba, que estaban en presencia de un humilde cubano a quien en el año 2003 le habían dicho que si no se iba del país le condenarían a 30 años de prisión y que respondió que no se iba de Cuba y que se ofendería si lo sancionaban a menos años que los que cumplió Nelson Mandela.

Continué explicándole que luego  me detuvieron y la fiscalía me pidió pena de muerte. Todos los días me decían que si no me iba de Cuba me iban a fusilar y todos los días les respondía que me iban a tener que fusilar porque de Cuba no me iba ni abandonaría la lucha por el bienestar y la felicidad de mi patria. Siempre les dije que de lo que no me quiero morir es de una enfermedad, en un accidente, ni de viejo, que fusilado me convenía, porque como dice nuestro Himno Nacional: “Morir por la patria es vivir”.

Les dije que me terminaron sancionando a 25 años de cárcel y que durante 8 años me mantuvieron bajo régimen de máxima severidad. Que en varias ocasiones me propusieron la libertad a cambio de que junto a mi hermano Luis Enrique, también prisionero de conciencia y el que tenía la más alta sanción, y con toda la familia, nos fuésemos de Cuba o nos comprometiéramos a abandonar la lucha por la libertad y el bienestar de los cubanos. Siempre rechazamos tan infame propuesta.

Les recordé que fui uno de los dos últimos presos de conciencia del Grupo de los 75 en ser liberado porque me negué rotundamente a irme para España. Terminé diciéndoles que cómo se les ocurría pensar que me iban a intimidar con la prisión. Que yo violaría todas sus arbitrarias reglas, y que conscientemente estaba dispuesto a enfrentar la medida que a ellos se les ocurriera imponerme.

El “Juez” cambió de táctica, y me empezó a preguntar si tenía hijos, que si tenía familia. Que debía ser inteligente y cumplir con las leyes para evitar caer preso y traerle sufrimiento a la familia, que él lo que quería era aconsejarme por mi bien, etc. Después que concluyó con sus estúpidos argumentos le dije: Usted me acaba de recordar una fábula de Félix María de Samaniego, que dice así:

“Bebiendo un perro en el Nilo/ al mismo tiempo corría/ -Bebe quieto. -Le decía/ un taimado cocodrilo. Le dijo el perro prudente/ -Dañoso es beber y andar/ más, ¿es sano el aguardar/ a que me claves el diente?

-Oh, que docto perro viejo/ Yo venero su sentir/ en eso de no seguir/ del enemigo el consejo”.

La fábula de Samaniego se titula ¨El perro y el cocodrilo¨. Terminé señalándolos a ellos cuando dije: ¨en eso de no seguir del enemigo el consejo¨.

Y no es que queremos ser enemigos de nadie. Es que la dictadura que oprime y tanto daño causa a nuestro  pueblo, es enemiga del pueblo y por tanto enemiga de la UNPACU. La UNPACU es pueblo que lucha por su libertad, por sus derechos, por su bienestar, por su felicidad. Y lo hacemos con firmeza, con coraje. No permitimos que nos intimiden, no permitimos que nos paralicen.

Vamos a seguir viajando a La Habana y a todas las provincias, vamos a continuar llevando nuestra lucha a cada rincón del país. Vamos, junto a las Damas de Blanco, a la MUAD, al Foro por los Derechos y Libertades, al FANTU, al Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, al MCL, al CID y a otros valientes cubanos de dentro y del exilio,  a liberar a Cuba. Vamos a hacer de Cuba la nación más libre, justa y próspera del Caribe, de Centroamérica. Vamos a ubicar a nuestra patria entre los países más libres y prósperos del planeta. Vamos a levantar a Cuba de las cenizas en que el régimen la ha convertido. Tarea dura, compleja, pero lo haremos.

Vamos a hacer de nuestra patria una nación de la  que nadie se quiera ir. Vamos a hacer de Cuba un lugar  al que muchos quieran venir en busca de libertad y oportunidades. No nos asustan con sus amenazas. Nos reímos de sus payasadas.

Feliz Navidad y un mejor año nuevo, deseamos a todos los cubanos.

20 de diciembre de 2015.


 

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