Martes , 27 Junio 2017

Ejercicio “Bastión” 2013

bastion13No hay dudas de que Cuba es un país de muchos contrastes, si alguien lo duda; no tiene más que echarle una mirada a lo que sucede por estos días en la isla.

Resulta que en el ámbito de paz y festividad que alientan las fiestas navideñas por el mundo; la nomenclatura de la habana se ejercita jugando a la guerra.

Los ejercicios militares “Bastión” 2013, como tantos otros a lo largo de medio siglo, resultaron todos unos símbolos de derroche material, muy a tono con la concebida corrupción de las Fuerzas Armadas, que buena lasca le saca a toda esta ridícula pasarela guerrerista.

“Jugar a la guerra es solo un lujo que solo países desarrollados pueden darse”, manifestó un octogenario en la fila del periódico.

Ciertamente no deja de tener razón este anciano y que con lucidez reflexiona sobre el gasto millonario que entraña un ejercicio militar en un país que constantemente se queja del “cruel y genocida bloqueo económico y financiero impuesto por EE.UU”.

Así son las cosas en la Cuba comunista; mientras el pueblo se hunde en la miseria y desesperanza, la cúpula gobernante y sus fuerzas armadas, se divierten jugando a las guerras de mentiritas, incluso involucran a la población civil y afectan a la mayoría de las empresas estatales y muchos otros servicios sociales.

Así las cosas salen a relucir las ridículas consignas históricas, “la guerra de todo el pueblo”, “resistir palabra de orden”, socialismo o muerte” y hasta el propio general presidente, lanza su infantil mensaje expresando: “que es mejor sudar ejercitándose para la defensa de las conquistas, que derramar sangre en la guerra”. Aunque hace muchos años el no suda y esta consciente que la mayoría de los cubanos prefieren con justa remuneración, derramar el sudor trabajando, creando riquezas y no desperdigando el escaso recurso con que cuenta el país.

En la hastiada población flota una interrogante ¿Hasta cuando esta fanfarrea guerrerista?, pues ya nadie se traga el cuento de la posible invasión y mucho menos el de las conquistas.

Y es que el rebaño tiene miedo, pese a que hace mucho se quitó la venda y piensa, recordando con tristeza las miles de toneladas de cemento, hormigón y acero empleados en la construcción de túneles subterráneos a lo largo de toda la isla, una de las tantas ideas gestadas por el vesánico liderazgo que hoy yacen como silenciados fantasmas de la utopía gubernamental; la misma que descaradamente continua indolente ante las miles de familias sin viviendas y las cuantiosas perdidas de vidas humanas, por conceptos de derrumbes y trastornos meteorológicos, indolente antes de millones de cubanos carentes de una vivienda decorosa.

El pueblo, los humildes para que los que supuestamente “tanto se han sacrificado”, generaron la revolución; hoy opinan por los rincones que sería más útil que esos miles de millones, invertidos en la supuesta defensa del país, cumplirían mayor objetivo emplearlos en comprar medicinas o alimentos; reparar escuelas y hospitales, sanear los barrios marginales y edificios en peligro de derrumbe; mejorar los servicios de transporte público, aprovecharlo en la construcción de viales, servicio de alcantarillado, iluminación y redes hidráulicas.

La población sufre los excéntricos y cuantiosos derroches, piensa y opina que Cuba no puede jugar a la guerra y en todo caso si el estado quiere entretenerse en alguna batalla, debe ser contra las epidemias, contra la corrupción, abusos de poder y la desigualdad social imperante. Todo lo demás es pura demagogia y querer tapar el sol con un dedo.

En pocos días se cumplirán 55 años de la toma de poder mediante las armas, de aquellos barbudos que bajaron de la Sierra haciendo promesas, que jamás cumplieron. Y desde entonces a los cubanos no les quedó otro remedio que bajar la cabeza, cada vez que la dinastía exhibe una que otra vez; cuando lo necesita por supuesto, su instinto guerrerista y militar, extremadamente caro y que a la postre a cobrado muchas victimas; algo que contrasta con la pobreza, la miseria y el desamparo que enfrenta y sufre el pueblo cubano.


 

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