El preso contestatario cubano-americano Carlos Alberto Pérez Ávila y el preso político Osvaldo Rodríguez Acosta dieron a conocer el brote de tuberculosis que está azotando la prisión de Quivican provincia de Mayabeque. También informo el cubano-americano el castigo sicológico a que lo tienen sometido los funcionarios penitenciarios y la policía política.
Los destacamentos 14 y 16, y el puesto medico, lo tienen en cuarentena. La epidemia se debe a la incalificable higiene en general, la mala alimentación, el deterioro en la atención médica y la escasez de los medicamentos.
El 21 de enero, Carlos Alberto Pérez Ávila, sostuvo una conversación con su ex esposa, donde supo la bochornosa situación que enfrentó el día 29 de septiembre, después de la visita matrimonial. El mayor William Gainza Lore, jefe de la prisión, ordenó que llevaran a la dirección, Aimé López, y frente a otros militares que estaban en la oficina, la requisaron y amenazaron, le dijeron cosas sobre mi persona, que son inciertas. La despojaron de11 cartas de diferentes denuncias de varios presos, que iba dirigida a esta reportera, y una grabación que había hecho dentro de la celda de castigo, donde denunciaba las injusticias y humillaciones a que somos sometidos. Además, daba a conocer los más de 21 hechos de sangre acontecidos en la prisión durante el pasado año, debido al aumento del consumo de los sicofármacos que toman los desdichados presos para olvidarse de las persecuciones, y el hambre.
En la unidad policial de Batabano donde vive Aimé, fue citada por represores de la policía política, la amenazaron y le advirtieron que la llevarían a prisión si continuaba visitando al contrarrevolucionario Carlos Alberto Pérez Ávila.
Desde ese momento fue privado el cubano-americano, de salir al aire libre, realizar llamadas telefónicas, y obligado a dormir en un muro de concreto crudo, sin el colchón.