Los días 10 y 11 de octubre, en la vivienda de esta reportera, sita en calle 110 número 19305 entre calzada de San Miguel y 199, reparto residencial San Miguel, San Miguel del Padrón, la Habana, penetraron personas desconocidas para sustraer varios artículos de importancia para mi trabajo.
El jueves 10, en horas de la madrugada, penetraron en mi vivienda brincando uno de los muros de una altura de dos metros. Mi mamá se encontraba durmiendo en mi cuarto con la ventana abierta. El ladrón pudo introducir una de sus manos hasta la mesa que está pegada a la ventana y sustrajo tres memorias flahs, una de 32 y dos de 8 GB, una grabadora marca Panasonic, una cámara fotográfica marca Canon, con una tarjeta de 4 GB, además de una bicicleta 16 que se encontraba en el patio, y un perro chiquito.
A las 8 de la mañana, descubrí que faltaban las cosas mencionadas. No realicé denuncia a la policía, pero si di informaciones a todas las personas que estaban a mí alrededor.
Los ladrones, al ver que no hice denuncia, muy confiados, volvieron a robar en la madrugada del día siguiente. Esta vez se llevaron la lavadora marca Daewoo.
Al percatarme, a las cinco de la mañana, llamé al 106, que es el número telefónico de la PNR. A la media hora tuve que volver a llamar. Fue cuando a los 15 minutos llegó el carro patrullero de guardia, que me tomó los datos personales y mi declaración. Llamaron al carro operativo de Criminalística, que llegó a las 7 de la mañana. Comenzaron a revisar la vivienda y supuestamente no encontraron huellas dactilares. Tomaron fotos, y trajeron a la brigada canina. El perro olfateó e hizo varias paradas en la calle 112, y en el patio del fondo de mi casa.
Los policías de Criminalística, antes de irse, me dijeron que tratara de buscar la información y que los llamara y se los dijera porque “la policía nunca encuentra al ladrón”.
El día 12, a las 6 de la mañana, había dos carros patrulleros de guardia en el parque de frente a mi casa. Ya aclarando el día, comenzaron a llegar carros con chapa particular y varias personas vestidas de civil. A las 11 de la mañana llegaron tres oficiales, entre ellos una mujer, vestidos de uniformes del MININT. Aquel aparatoso operativo duró hasta la una del día, pero se quedó un vigilante hasta las 5 de la tarde.
En el 2008, hace cinco años, encontrándome sola en mi casa, penetró un individuo que vivía cerca, me golpeó, me robó dinero y varias prendas de oro.
La policía de la Seguridad del Estado para desacreditarme, hizo una campaña contra mí. Este ciudadano salió ilegalmente del país ayudado por agentes de la SE para los EU, y en ese país se encuentra preso por robo con fuerza y violación.
Nunca la caja de resarcimiento me ha llamado. Los policías de la unidad de Acosta y 10 de Octubre cerró el caso, quedando impune aquella denuncia.
Ahora es el mismo teatro pero con diferentes actores. Me encontraba con mi mamá, que es una anciana que pudo morir del susto si hubiera visto a los ladrones.
Hace unos meses atrás tuve un extraño accidente de tránsito, cuando iba con mi nieto, de cinco años.
Antes de eso, un individuo trató de entrar en mi casa. Fue testigo de ello la dama de blanco Yaquelin Boni Echavarría.
La policía, y el jefe de sector de San Miguel del Padrón, no harán nada ahora porque soy una opositora al gobierno, al igual que no hicieron nada hace cinco años. Ellos saben quiénes fueron los que penetraron en la vivienda, como la vez pasada.
Como reportera, responsabilizo al gobierno, a la Seguridad del Estado y el departamento 21 nacional, al Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), y a la unidad de la policía de San Miguel del Padrón por lo que me pueda suceder a mí y a mi nieto.
Sé que estas personas están protegidas por los antes mencionados que quieren desaparecerme, y están utilizando a delincuentes para agredirme.
Les advertiré al gobierno de Raúl Castro, a los altos dirigentes del país, y al MININT, que todos son unos delincuentes y asesinos, y que no dejaré de informar al mundo los abusos que se cometen en los centros penitenciarios, y los casos sociales. De Cuba no me voy a ir, como único me callarán será muerta, como hicieron con la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, y todos los que han asesinado.