Hacen muy bien Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, David Cameron, primer ministro del Reino Unido, Thorbjorn Jagland, secretario general del Consejo de Europa y los expresidentes de España y Chile respectivamente, Felipe González y Ricardo Lagos, al condenar los excesos del régimen de Nicolás Maduro contra la oposición en Venezuela.
Sin dudas Venezuela, después de Cuba, es la nación del continente donde menos libertad existe. Sin dudas el régimen venezolano hará cualquier cosa con tal de no perder el control del Parlamento. Las encuestas dan el triunfo a la oposición. Nicolás Maduro y Diosdado Cabello continuarán cometiendo cuanto fraude, violaciones, excesos y crímenes crean que deben cometer con tal de mantener todo el poder en sus manos.
Todos los demócratas del mundo libre, todos los políticos y toda persona convencida de la importancia de la división de los poderes del Estado y del respeto a la libertad de expresión, prensa, asociación, reunión y manifestación pacífica; todos los que saben que la falta de libertades económicas genera miseria y que la miseria afecta no solo a los ciudadanos de los países que la padecen, sino también a las naciones prósperas donde buscan refugio las víctimas de las violaciones a los derechos humanos y de la pobreza, deben poner sus ojos sobre Venezuela y ser solidarios con los demócratas de esta nación sudamericana.
Los demócratas del mundo libre deben tener presente que el mal hay que combatirlo a tiempo. Sin el mal ejemplo de los Castro, sin su apoyo, no hubiese ocurrido lo que todos hemos visto en Venezuela. Sin el triunfo de Chávez en Venezuela difícilmente hubiesen triunfado otros políticos con mentalidad antidemocrática en la región. O por lo menos no hubiesen podido hacer todo el daño que vienen causando en sus respectivas naciones.
El reciente triunfo de Mauricio Macri en Argentina es una buena señal para la democracia en la región. Ha sido un campanazo que pone muy nerviosos a Nicolás Maduro, a Raúl Castro y a todos sus aliados en el continente. Harán cualquier cosa por no perder a Venezuela. Ya Maduro lo viene diciendo. Los demócratas del mundo libre deben apoyar al pueblo venezolano para que se haga su voluntad en las urnas. No deben permitir que los enemigos de la democracia le roben los votos. Los demócratas del mundo libre no deben tampoco olvidar que en el continente existe una nación que durante más de seis décadas no ha tenido elecciones libres: Cuba. Nuestra querida y sufrida patria secuestrada por los Castro.