En ocasión de cumplir 20 años de condena tras los muros de las cárceles cubanas.
Hoy cumplo 20 años de encierro tras estos enlutados muros de acero y concreto; haciendo un recuento esta es mi tercera condena política tratando de salvar la patria del yugo opresor Castro-Comunista, y suman 37 los años sufridos.
Pienso que no ha sido en vano pues, desde el silencio de esta soledad, hemos vencido, y la muerte hoy es gloria porque hermoso es morir cuando se hace luchando por causas justas como la libertad de la Patria que nos vio nacer. Veinte años después, todavía intentamos encontrar los motivos del escaso éxito de nuestra lucha y las causas de nuestros errores y fracasos.
Lamento la indiferencia de muchos y la apatía de otros, que hasta blasfeman si puedo estar senil. Ninguno ha sufrido ni la milésima parte de lo que he sufrido yo y mis compañeros de causa.
Pero aquí estamos, en las honrosas filas de los condenados, desandando caminos entre escombros de sangre y luto, con la frente bien alta y la conciencia tranquila. Hoy continúan vivas las mismas ideas de libertad y justicia. Demostrado está que no claudicamos ni nos arrepentimos…; todos queremos tener patria y ser libres. Veinte años en los que pienso que vencimos y hemos derrotado a los cobardes y traidores que se apropiaron del decoro de un pueblo.
Tal vez no alcance a ver mi patria libre…; pero si me llega la hora, me marcharé con una sonrisa en los labios y la satisfacción del deber cumplido. Aquí estamos, orgullosos de nuestro encierro. Torturan nuestro cuerpo en cárceles infernales, pero jamás podrán mancillar nuestro ideal. ¡Morir por la Patria es vivir!
Un saludo afectuoso a todos mis hermanos en el exilio. Resistiremos 20 años más si fuese necesario, pues coraje y dignidad nos sobran.
Camaguey. Oct. 15 2014
