Ciertamente vivo orgulloso de mi injusta condena, con mis 74 años de edad albergo íntegros y sin manchas mis ideales y principios…
En próximos días cumpliré 22 años de encierro tras los muros de las mazmorras carcelarias castristas.
Una experiencia cruel y devastadora de la cual no siento el mínimo de arrepentimiento, mucho menos clamo perdón a los verdugos de la patria.
Fui juzgado por supuestos delitos de terrorismo que nunca cometí, tampoco estaban concebidos en los planes de nuestra fallida infiltración en aquel Octubre de 1994.
Totalmente incomparables con los crímenes, actos de terror, vandalismo y asesinatos cometidos antes del 1ro de Enero de 1959 y después, en los 57 años en el poder que lleva la dictadura comunista.
El tiempo jamas podrá borrar las profundas heridas, la sangre derramada y el luto a las familias cubanas dentro y fuera de la isla.
Los mismos que hoy se gastan discursos por la Paz y en contra del terrorismo o alardean de solidarios y humanistas, que muchos aplauden, adulan y apoyan. No son otros que los pioneros del terrorismo de estado a nivel internacional, esos mismos viejitos hoy vestidos de blanco, sonrientes y con cara de ángeles salvadores, durante años han subvencionado, estimulado y asesorado los movimientos guerrilleros en el mundo. Donde quiera que surja un conflicto bélico, allí esta presente el guerrerismo enfermizo de los caudillos cubanos.
¿Acaso la humanidad olvidó las miles de muertes causadas por las guerrillas en países como Nicaragua, el Salvador, los millares de muertos en guerras fratricidas como la de Angola? ¿Alguien recuerda cuántos niños murieron en el Congo con la intromisión de los cubanos internacionalistas?
Cínicamente, hoy actúan como mediadores en el proceso de paz colombiano, cuando durante años apoyaron y asesoraron ese conflicto a espalda del mundo. Cuestionan las bases militares estadounidenses, o las Prisiones, mientras sostienen activos dentro de la isla más objetivos militares que hospitales y más cuarteles de la policía, unidades al servicio de la inteligencia y centros de detención que escuelas. Dicen amar la paz y gastan millones en adiestramiento, tecnología, logística, en sus fuerzas armadas y aparato represivo.
Escándalos como el trafico de armas (probado el pasado año al detectar un barco destino Corea-Norte con armamento cubano escondido en sus bodegas), la tradición de incursionar en Trafico Internacional de Drogas (el caso Ochoa y otros más recientes), son evidencias de que hay total impunidad para los verdaderos responsables.
Risible verlos parados en los estrados corrompidos de la ONU, fanfarroneando de “Solidarios” cuando ya para nadie es un secreto que las misiones médicas u otras cooperaciones a otros países constituyen una de las principales fuentes de ingresos, cifras millonarias que nunca el pueblo percibe, aun cuando dicen son destinadas al “Sistema de Salud”.
Dicen ser campeones en materia de DDHH, cuestionan y reclaman el cierre de la cárcel en la base naval de Guantánamo pero se rehúsan a ser inspeccionados en su genocida Sistema Carcelario, donde se golpea, tortura y asesina impunemente y se viola el más elemental de los Derechos, el derecho a la vida. Centenares de presos mueren victima de la barbarie, la violencia, las epidemias y enfermedades contagiosas generadas por la falta de condiciones de vida en estos antros.
Mas de 20 años pudriéndome tras estas rejas, acusado de Terrorismo y Asesinato.
¿Y cual es el calificativo judicial para un gobernante que ordena hundir una embarcación causando la muerte a niños y mujeres? ¿Acaso la humanidad olvidó el hundimiento del remolcador “13 de Marzo”? ¿Acaso quedó en el olvido el fusilamiento de los jóvenes participantes en el secuestro de la lancha de regla?
Resulta imposible olvidar los cientos de seres humanos fusilados, los desaparecidos, los miles de muertes en el estrecho de la florida, cubanos huyendo de la Dictadura, algo que prevalece hasta nuestros días. ¿Por qué emigran los pueblos?
Miles de arrestos arbitrarios cada mes, acoso, golpizas, torturas, asesinatos, y Prisión para los opositores; en especial mujeres indefensas, por el simple echo de pensar diferente o exigir el respeto de libertades civiles.
Podría seguir enumerando crímenes, la lista es interminable y sobran las evidencias para condenar a los criminales escudados tras el dulce néctar del poder.
Ciertamente vivo orgulloso de mi injusta condena, con mis 74 años de edad albergo íntegros y sin manchas mis ideales y principios, aún sigo considerándome aquel mismo soldado que hace 22 años llegué a las costas cubanas con el fin de liberar la Patria.
El vivir en cadenas me ha fortalecido; hoy más que nunca puedo levantar mi voz al mundo para demostrar mi inocencia.
Irrefutablemente está probado que en esta historia plagada de injusticias y crímenes horrendos, los verdaderos Asesinos y Terroristas son Fidel y Raúl.
Hoy mas que nunca me siento realizado y victorioso, mi conciencia limpia y tranquila. Jamás podrán doblegarme…
Prisionero Político. Armando Sosa Fortuni. Prisión Kilo-9 Camagüey. Cuba.