Martes , 27 Junio 2017

Ciclones y derechos humanos

Por el paso del huracán Matthew a través del Oriente cubano las autoridades cubanas anunciaron a través de su prensa dependiente que estaba suspendida la transportación pública desde Camagüey hasta Guantánamo para preservar vidas humanas, pero en realidad se suspendió la transportación en todo el país dejando varadas en las terminales a familias enteras incluyendo a niños pequeños. Perfectamente podía haberse reacomodado el transporte por ómnibus, trenes y aviones hasta Ciego de Ávila por no decir Camagüey donde nada pasó.

También se prohibió la transportación privada en todo el país puesto que los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de las patrullas de carretera, advirtieron severamente a todos los transportistas privados que perderían sus Licencias Operativas de Transporte (LOT) si viajaban. De hecho en las provincias orientales se decretó una ley marcial o estado de excepción. Cada pueblo del oriente se convirtió en una jaula, nadie entraba ni salía. Se produjo una impresionante movilización militar y policiaca con traslado de fuerzas policiales del centro del país. Las calles fueron patrulladas intensamente incluso por agentes con perros y policías militares conocidos como Órganos de Prevención, que identificaban y detenían a cualquier forastero o sospechoso.

Considero que más allá del declarado propósito de preservar vidas humanas, a partir de los saqueos ocurridos a Tiendas Recaudadoras de Divisas al paso del ciclón Sandy en Santiago de Cuba, durante el 2012, los estrategas militares implementaron estrictas medidas de control de multitudes, sin amparo legal alguno, porque los ciudadanos cubanos tienen libertad jurídica de movimiento en su país en todo momento. Aunque legalmente en Cuba está previsto el estado de excepción en la Constitución y otros cuerpos legales, estos instrumentos jurídicos no se activaron por lo que a la ciudadanía se le conculcaron sus derechos de libertad de desplazamiento adonde quisieren. También el gobierno cubano violó el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la que Cuba es signataria que establece en su artículo 13.1 Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Este último particular también se viola para los ciudadanos cubanos con el Decreto Ley 217 sobre la migración a la Ciudad de La Habana, pero ese no es el objeto de este artículo.

Para el mando militar cubano, tener las carreteras vacías es una ventaja muy importante para los movimientos de grandes caravanas que ocurrieron hacia oriente. No de evacuados, sino de policías y militares, brigadas de telefonía, brigadas de linieros de la Organización Básica Eléctrica (OBE), de servicios médicos, equipos pesados para escombrear, reparar carreteras y otros servicios vitales. Estas caravanas en el este del país a pesar de la protección policial, necesitaron vías despejadas porque el acceso sólo puede realizarse por la casi centenaria y maltrecha carretera central construida por el sanguinario Presidente Gerardo Machado Morales. Esta carretera es de sólo dos vías sin badén y un equipo pesado como un camión o una guagua es suficiente para obstruir el paso. Y asómbrese querido lector el mayor obstáculo que tuvieron las caravanas para su desplazamiento hacia Oriente fueron…! Las manadas de búfalos salvajes que salen a pastar por la noche !  Sí, no estamos en Viet-Nam pero los búfalos jíbaros salen por las noches y atacan a los viajeros. Un impacto con uno de estos Búfalos es suficiente para interrumpir el paso de una caravana por la vulnerabilidad de la infraestructura del transporte en Oriente. En resumen este huracán Matthew sirvió de ensayo para cualquier disturbio o revuelta ciudadana que pudiere ocurrir eventualmente en el país y la contundente respuesta gubernamental que se produciría.

Las fotos que aparecen en este artículo fueron hechas el miércoles 5 de octubre, al paso del huracán Matheus, en Holguín.

 


 

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