Este Domingo de Resurrección concluyó en Venezuela con un panorama muy similar a los días previos de la Semana Mayor: fuertes enfrentamientos entre manifestantes y la Guardia y la policía nacionales.
En Táchira, Carabobo y en varias urbanizaciones de la Gran Caracas todavía en la noche se mantenía la confrontación a la que ya tradicionalmente se vienen sumando los vecinos que desde edificios residenciales y otras edificaciones manifiestan con gritos y consignas su repudio a la presencia policial y, en algunos casos, arrojan piedras y botellas a los uniformados que no dudan en disparar bombas lacrimógenas y perdigones hacia ventanas y terrazas.
En todo este caos se mueven periodistas y paramédicos, intentando hacerse distinguir en medio del gas, humo, disparos y las mil formas de la violencia desatada; con frecuencia, incomprendidos; en ocasiones, agredidos casual o deliberadamente.
El pedido de «concordia» para Venezuela, expresado por el papa Francisco durante su mensaje pascual desde la basílica vaticana, parece no encontrar eco en el país sudamericano pues en los días de Semana Santa se ha intensificado la contienda que ya, al cabo de 77 días, ha provocado más de cuarenta muertes y de seiscientos heridos.
Texto y fotos de Alfredo Sainz Blanco