La Habana 25 de abril de 2014
A: Presidente de Cuba, y Ministra de Educación
Señor y Señora:
Por medio de la presente me dirijo a ustedes con el fin de comunicarle la situación que vengo presentado con mi hijo. Un joven de 18 años de edad, Luis Antonio Cabrales Massó, quien ha sido víctima de racismo, torturas físicas y sicológicas por personas que abusan de su cargo, del que se han ensañado con este joven convirtiéndole su juventud en un infierno.
Este joven hace varios años atrás fue diagnosticado con una enfermedad orgánica, llamada Desrritmia cerebral-asociada a una epilepsia.
Debido a esta enfermedad lo hicieron transitar por una escuela especial de conducta de primera categoría. En ella sufrió maltratos de toda índole. Luego sufrimos ensañamiento general que tuvo que terminar la etapa primaria con maestras ambulantes. Esto es una pequeña sinopsis de lo que ha atravesado mi hijo desde su infancia hasta el presente.
A los educadores nunca les ha importado el grado de interés que tiene mi hijo de estudiar.
Su bien rendimiento académico que lo llevaron a optar por la carrera de Instituto Pre Informática, (IPI). Su sueño fue ser en un futuro Ingeniero salido de la UCI, o la CUJAE, porque inteligencia tiene para eso. Fueron rotos, y arencados de la manera más sucias, mezquina, y hostil, que existe en la dirección de educación municipal, provincial, y el ministerio.
Yo estoy cansada de dirigirme al Consejo de Estado, Asamblea Nacional del Poder Popular, MINED, PCC, Atención a la Ciudadanía, y todas las entidades gubernamentales, y jamás le han dado solución a favor de la verdad y la justicia con mi caso.
Me siento defraudada del sistema y créame que me ha costado mucho dolor tener que haber llegado a estas conclusiones, y tener que acudir a los derechos humanos para que den crédito a mi problema.
Tanto mi hijo, como yo, hemos sido víctimas de humillación, ofensas, maltratos físicos y mentales por parte de personas que no merecen mi respeto, y mucho menos mi consideración.
Espero que ustedes entiendan mi posición de madre ya que me ha sido imposible poder contactar con ustedes y hacerles llegar la cantidad de in justicia y mentiras de la cual somos víctimas la mayoría del pueblo de cuba. Porque la minoría se vale de sus ingresos económicos, o de las clases sociales, para pagar, a estos dirigentes y sus hijos son fantasma de un título universitario del cual muchos no saben ni donde están parados. No dejare mencionar también el favoritismo.
Lo único que me queda es hacer justicia, que las personas implicadas en la destrucción de mi hijo, le devuelvan su sueño, ilusiones, porque según ustedes vivimos en un país que todos los niño, adolecentes y jóvenes tienen los mismos derechos de estudio, sean pobres o ricos.
¨Yo tengo derecho hacer parte de los graduados de informática¨.
Sin más
Niurka Massó Fonseca, madre del joven