Este pedido de auxilio por las vidas de tres humildes y pacíficos cubanos va dirigido al Papa Francisco, a gobiernos del mundo libre, a organizaciones defensoras de los derechos humanos y a toda persona de buena voluntad.
En la mañana del pasado domingo 20 de septiembre, cuando apenas faltaban minutos para el inicio de la primera misa del Papa Francisco en Cuba, tres ciudadanos vecinos del poblado de Calabazar, en la Capital cubana, con nombres bíblicos y miembros de una Célula de la organización prodemocrática Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, que lleva por nombre “Félix Varela”, franquearon los anillos de seguridad sin dañar a nadie y se acercaron al Obispo de Roma con la intención de llamar la atención sobre las cosas que hacen de nuestra patria un infierno para la vida de la mayoría de los cubanos.
Zaqueo Báez Guerrero, Ismael Bonet Reñé y la también destacada Dama de Blanco María Josefa Acón Sardiñas, querían que el Sumo Pontífice, la prensa extranjera, y a través de ésta, el mundo, supiesen que en Cuba sí hay presos políticos y que sobreviven en condiciones infrahumanas, que vivimos bajo una férrea dictadura que pisotea los derechos y libertades fundamentales del ser humano, que las fuerzas represivas golpean a mujeres y hombres pacíficos que solo sueñan con una Cuba fraterna, justa, democrática y próspera.
Estos tres buenos cubanos: Zaqueo, Ismael y María, desde el domingo 20 de septiembre se encuentran en huelga de hambre, y después también de sed, en el tristemente célebre centro de “investigaciones” de 100 y Aldabó, en La Habana. Los acusan de Atentado, Desacato, Desorden Público y Resistencia. Sus vidas corren grave peligro. Con la huelga envían un claro mensaje, no están dispuestos a cumplir prisión por una acción a la que se vieron compelidos por el criminal actuar del régimen de los Castro y por la indiferente postura ante el sufrimiento de las víctimas de la represión, de instituciones y personalidades que tienen el sagrado deber de condenar todo abuso, todo atentado contra la dignidad humana, y ser siempre “buenos samaritanos”.
En carta abierta a Su Santidad el Papa Francisco, con fecha 3 de Septiembre, ya lo habíamos advertido: “Muchos miembros de nuestra organización y de otras agrupaciones de la Sociedad Civil Independiente, desean asistir, con disciplina y respeto, a sus misas, pero la policía política secreta se lo impedirá como ocurrió durante la visita de su predecesor Benedicto XVI. En nombre de los que pudieran pasar los históricos días de su visita en tenebrosos calabozos, le damos también, desde ahora, la más cálida bienvenida.”
También habíamos escrito a los Obispos cubanos con la intención de informarles sobre brutales golpizas y hasta torturas contra pacíficos defensores de los derechos humanos. El mismo día de la llegada del Sucesor de Pedro a La Habana, se cerraron los cercos entorno a muchos disidentes y esa misma tarde eran detenidas Berta Soler, Martha Beatriz Roque y Mirian Leyva. Las tres invitadas por la Iglesia a estar entre las personas que darían la bienvenida al Papa argentino a su llegada a la Nunciatura. Todo esto fue convenciendo a Zaqueo, María e Ismael de que no había otra opción: Tenían que alzar el clamor de un pueblo esclavo en aquella plaza.
Zaqueo y su esposa María tenían vigilancia permanente desde el día anterior, solo la justeza de su intención, y quizás sus nombres bíblicos y el de la Célula de la UNPACU a la que pertenecen (Félix Varela), pudieron hacer posible que burlaran a tantos agentes de la policía política secreta y llegaran hasta Francisco aquella mañana dominical. El noble Zaqueo se elevó para llegar al representante de Cristo de quien había oído que era un hombre justo preocupado por los perseguidos y oprimidos de la tierra.
María, como la madre de Jesús, sufre hace mucho tiempo por el Vía Crucis de su pueblo, de sus hermanas Damas de Blanco y por el suyo propio. Incontables son las detenciones arbitrarias, las golpizas y otros tratos.
Este pedido de auxilio por las vidas de tres humildes y pacíficos cubanos va dirigido al Papa Francisco, a gobiernos del mundo libre, a organizaciones defensoras de los derechos humanos y a toda persona de buena voluntad.
crueles e inhumanos de los que ha sido objeto. Ismael, como el hijo de Abraham, sabe lo que significa vagar por el desierto, ser expulsado, vivir sin derechos, por eso pensó que debía vencer el miedo que paraliza (Juan Pablo II nos decía: No tengan miedo), y ese domingo hacer por su patria lo que nunca había hecho y todos debíamos hacer. Ismael pensó: Dios me escuchará.
En el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos podemos leer: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;”. En Cuba tenemos un régimen que viola flagrante y cínicamente derechos civiles y políticos, pero también derechos económicos, sociales y culturales. Los abusos que el régimen castrista comete contra el pueblo son más que suficientes para que los cubanos nos rebelemos contra la injusticia. Los demócratas cubanos somos personas de paz convencidos de que la violencia no es nunca la mejor solución, por eso perseveramos en nuestra lucha pacífica en medio del odio y de brutal represión.
Zaqueo, María e Ismael quisieron (y lo consiguieron y por eso todos los cubanos estamos en deuda con ellos), llamar la atención sobre nuestra difícil realidad. Compleja realidad que cuando no se busca sana solución a tiempo, termina fatalmente produciendo situaciones extremas como la que vemos hoy en Siria. Situaciones que con toda razón el Papa, y toda persona de bien, condena. Zaqueo, María e Ismael dieron un grito profético, alertaron a todos, nos dijeron con su acción: Está bien que nos alegremos con el proceso de normalización de relaciones entre el gobierno de EEUU y el régimen cubano, pero no se olviden de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, ni se ilusionen con que solo dicho proceso va a poner fin al sufrimiento de un pueblo oprimido.
Zaqueo, María e Ismael fueron detenidos delante del Papa Francisco y ante varias cámaras de televisión. Las imágenes dieron la vuelta al planeta. Hoy cumplen 11 días en huelga de hambre y 6 sin consumir agua. Varias decenas de activistas pacíficos vienen resultando víctimas de acciones represivas por reclamar su liberación. Tememos por sus vidas. Por eso este SOS, dirigido a toda persona de bien.
Muchas Gracias.
José Daniel Ferrer García.
Coordinador General de la Unión Patriótica de Cuba. (UNPACU).
La Habana, 1 de octubre de 2015