El 16 de noviembre, miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), se personaron -con una orden de registro- en el domicilio de Alcibiades Guerra Marín y su esposa Melkis Faure Echavarría, sito en Monte 466 entre Ángeles e Indio, Centro Habana, pero sin testigos. Inspeccionaron la casa y detuvieron al esposo acusado de acaparamiento por tener 8 tubos de luz fría, 6 lámparas y 36 bombillos ahorradores. No le permitieron enseñar los vales de compra.
El Jefe de Sector que lo condujo a la Unidad de Policía de Dragones, le impuso inicialmente una multa de 60 cup. Lo mantuvieron por espacio de una hora en los calabozos y le aplicaron otra multa de 40 cup por el hospedaje, explicándole que era un reglamento de la unidad para todo el detenido. Se quedaron con los artículos incautados.
Dos días después se presentó en la Unidad de la Policía donde había sido apresado y tuvo que esperar 3 horas para que le comunicaran que lo iba a atender el oficial Yarini, pero nunca apareció. Pudo conversar con una mujer que dijo ser instructora policial, que le comunicó que era un decomiso.
Alcibiades, comenzó a vociferar consignas antigubernamentales, como: ¡Abajo Fidel!, ¡Abajo la dictadura!, etc. Se personó una Teniente Coronel y lo condujeron para una oficina, y después de que le explicara la situación, ella dio la orden de que se lo devolvieran todo.
En ese ínterin, la esposa de nombre Melkis, fue a la unidad policial con su hijo menor de 4 años de edad y al preguntarle al oficial de la posta por Alcibiades, le dijo que estaba preso en un calabozo. Ella sacó un cartel que decía: “Revolución es corrupción, recuperar valores, es robarle al pueblo, abajo la dictadura”.
La posta le dijo que le iban a dar golpes como siguiera gritando; ella le contestó que la policía uniformada lo único que sabía era robarle al pueblo. Le quitan el cartel y entonces Melkis tiró proclamas con fotos de Felipe Pérez Roque y Carlos Lage.
Una señora entró al niño que se había quedado solo afuera mientras llevaban a Melkis al calabozo. Se personó en el lugar un oficial de la Seguridad del Estado llamado Osmany, diciéndole que era un problema de la policía política y hasta la fecha, aunque los pusieron en libertad, no han tenido respuesta de los bienes que les ocuparon.
La Habana, 3 de diciembre de 2013.