Martes , 27 Junio 2017
Menos arrestos, más agresiones

Menos arrestos, más agresiones

Según parece, el régimen de La Habana quiere mejorar su imagen en el exterior. Desde el pasado mes de julio, han disminuido los arrestos de activistas contestatarios.

En el informe mensual que publica la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), se constata la reducción, en el mes de agosto, de las detenciones por motivos políticos a la vez que se subraya la continuidad del espionaje masivo y los hechos de violencia policial y parapolicial.

La entidad que desde finales de la década del 80 del siglo XX se dedica al monitoreo de los derechos humanos en la Isla, estima que se trata de un movimiento coyuntural de las autoridades cubanas en aras de protegerse contra las críticas internacionales.

Estos amagos de treguas no son una novedad. Son como la lana para el lobo que quiere ser oveja.

Debajo del disfraz se esconde el mismo depredador en este caso, decidido a la práctica del acoso en sus diversas modalidades con el fin de mantener el control político y social.

Es decir que los 632 arrestos temporales documentados en agosto, 20 menos que en el mes de Julio no significan una tendencia irrevocable.

La naturaleza del poder es afín con la aplicación de la fuerza. Sencillamente, no pueden  variar la postura que han mantenido desde 1959 hasta la actualidad.

Permitir el ejercicio de los derechos fundamentales redundaría en la implosión de un sistema cuyos fundamentos están lejos del consenso popular y cerca de los intereses de una casta que hace tiempo dejó atrás la parafernalia marxista-leninista para, con disimulo, establecerse en las proximidades del capital.

Por eso es que cada mes se documentan nuevos atropellos sin que aparezcan los medios para juzgar a los culpables.

Es imposible prever hasta cuando el régimen mantendrá el actual patrón represivo.

Hay que analizar el asunto más allá de los matices para evitar la estandarización de puntos de vista que falseen la realidad.

En el fondo, y estimo que es algo elemental, prevalece un situación que viola las leyes internacionales en materia de derechos humanos.

¿Dónde están las instituciones que garanticen un juicio justo?, ¿Dónde, tan siquiera un medio de prensa que no sea controlado por el partido comunista o alguna de sus dependencias?, ¿dónde las leyes que permitan fundar un partido o una asociación verdaderamente autónomos?

Poco importa que disminuya el número de detenciones cortas o los actos de repudio. Hay que persistir en la denuncia cada vez que se presente la ocasión.

Que no quepa dudas que el decrecimiento de las incidencias es relativo, temporal.

Las dictaduras no pueden abjurar de su naturaleza. En su ADN está su predisposición al abuso en cualquiera de sus manifestaciones, sean de izquierda o de derecha.


 

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