Martes , 27 Junio 2017

Obesidad y Caridad

Para la señora Caridad Águeda Martin Ortega  vida transcurre muy lenta. Esta mujer de 63 años de edad y vecina de calle 27 # 5418, entre 54 y 56, municipio Playa, en la capital, sufre a diario el abandono por parte de aquellos que siempre aseguraron que la Seguridad Social en Cuba estaba garantizada.

Ella plantea que ha solicitado en muchas ocasiones y por diversas vías ayuda, sin que haya encontrado respuesta a sus angustias.

Asegura: “Ya no sé qué voy a hacer, me he entrevistado con varias personas de Salud Pública, Bienestar Social e incluso con un estudiante que planteó ser un trabajador social. También envié cartas al periódico Granma (órgano oficial del Partido Comunista de Cuba) y no se me ha dado respuesta ni tan siquiera de haber recibido la misiva”.

Su situación es cada vez peor, vive con una hija de nombre Natacha Palmer Martin de 45 años de edad y el nieto; ambos con problemas delicados de salud. Natacha tiene que realizar grandes esfuerzos para trasladarla de un lugar a otro de la casa, porque está enferma de la columna vertebral, y plantea Caridad que es triste ver como su hija también se va deteriorando.

Uno de sus graves problemas es el sillón de ruedas que posee que se encuentra en mal estado y a pesar de las gestiones realizadas no resuelve cambiarlo; no obstante dice Caridad que la prensa ha publicado recientemente que en la provincia de Villa Clara existe una fábrica donde se ensamblan sillones de rueda para discapacitados.

Es muy decepcionante ver en la televisión lo que se hace en el extranjero por personas enfermas y ella no tiene ningún tipo de aspiración de ser sometida al menos a alguna cirugía para quitar las carnes flácidas que tanto le pesan en los senos y en la barriga.

Sus limitaciones físicas motoras la hacen llorar a diario y no ha encontrado la voluntad del régimen de solucionar sus problemas y aliviar un poco su precaria vida.

La Habana, 6 de agosto de 2014.   


 

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