Mientras su salud continúa deteriorándose, Lázaro Jesús Rancol Mazó y sus dos hijas pequeñas, residentes del municipio Lisa, esperan pacientemente que las autoridades cubanas solucionen el problema de su vivienda.
Según el testimonio de Lázaro, quien reside en la avenida 69 con número 14019 entre 140 y 142, el haberse dirigido a diferentes instituciones estatales no le ha servido de nada, ya que las respuestas siempre son las mismas.
“En estos momentos no tenemos viviendas disponibles”.
A lo largo de todo este tiempo, debido a las pésimas condiciones en que vive y producto de la Diabetes que padece, Lázaro, en varias ocasiones, ha sido intervenido quirúrgicamente, dejando en cada operación parte de sus pies, las cuales le han sido cortadas por infecciones adquiridas en su vivienda, la cual se encuentra inhabitable.
“Antes de seguir viviendo así, prefiero morir… por más de treinta años le he trabajado y he sido fiel a esta revolución y mira ahora como me pagan” afirma.
El techo de su vivienda está a punto de caerse producto de filtraciones de la lluvia, ya que al ser de madera, se ha podrido por la humedad. Por esta misma situación duerme en una cama sin colchón, al igual que sus dos pequeñas hijas, las cuales tienen 10 y 11 años.
“Ahora el gobierno va a dar cien viviendas y resulta que tampoco entro en esa lista” afirma “no sé qué será de mi y de mis hijas, en cualquier momento la casa nos cae encima”.
Por su parte la dirección municipal de la vivienda, al ser consultada por este reportero, se negó a dar ninguna declaración al respecto, e incluso, una de las funcionarias amenazó con llamar a la policía.
“Yo estoy hasta casi ciego… fui jubilado por peritaje médico, y aún así, eso no cuenta para ellos’’ concluyó Lázaro.
La Habana.