Bajo el título “Damas de Blanco un mensaje de Cuba para Alcobendas” la alcaldía de este municipio Madrileño ofreció un homenaje al grupo de mujeres cubanas en la persona de su portavoz Berta Soler, que visita España entre los días 11 y el 25 de Marzo.
El acto se efectuó en el anfiteatro de la Ciudad Deportiva Valdelasfuentes y estuvo presidido por el alcalde de la ciudad, Don Ignacio García de Vinuesa, al que acompañaron su señora esposa, Doña Gisela Fernández, y miembros de su equipo de gobierno. Estuvieron presentes además miembros de asociaciones cubanas como Asopazco, las Damas de Blanco y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
En las postrimerías, un minúsculo grupo de radicales con el mismo perfil social de quienes intentaron sabotear el acto celebrado en la Casa América de Madrid, utilizó los mismos métodos y las mismas argucias que el pasado día 11.
Contrario a lo que han afirmado algunos voceros y medios digitales afines a estos grupúsculos, ninguno de los provocadores es de origen cubano. En estas ocasiones el régimen de La Habana ha tenido que activar nuevas células integradas fundamentalmente por jóvenes latinoamericanos y algún que otro español.
El grupo de ultras, todos muy jóvenes, excepto el cabecilla, que declaraba haber visitado Cuba un par de veces, como si tal aval legitimara su conducta, fueron sacados del auditorium por la seguridad del centro, mientras recibían un contundente abucheo de la mayoría de los participantes. Luego se instalaron a la salida del recinto con una pancarta que pareciera haber sido confeccionada por la misma persona y con el mismo material de la que exhibieron días antes en Casa América.
Y entre consignas y acusaciones conocidas fuimos desfilando los participantes mientras se nos acusaba de recibir pagas de unos y de otros. Sospecho siempre de esa obsesión por el dinero, dinero que ellos han recibido durante años sin objeciones, de Moscú, La Habana o Caracas.
Y veo diferencia enorme entre quien recibe fondos para implementar la democracia, que es el único sistema en el que pueden cohabitar los antisistema como ellos. Y los que como ellos reciben dinero para defender dictaduras en las que no se puede hacer uso de los derechos, sociedades en las que ellos serían proscritos.
A la salida, las Damas Berta Soler y la Alcaldesa Gisela Fernández -frente a la pancarta que portaban los provocadore-s desplegaron una camiseta en la que se podían leer las frases: Cuba sí, Castro no y Laura, Zapata, Payá viven.