La llegada de fuertes aguaceros este 1 de Junio a la capital cubana fue muy dañino para muchos por las innumerables y pérdidas materiales, sin embargo, a otros les generó jugosas ganancias y mucha diversión.
Numerosas familias de los municipios Cerro, Centro Habana y Habana Vieja perdieron sus equipos electrodomésticos, camas y ropas, mientras otros se vieron obligados a abandonar sus casas ante el eminente peligro que representaba para sus vidas.
Algunos como Ernesto Quiala y su familia, decidieron introducirse ilegalmente en locales del gobierno como la CTC del municipio Cerro y vivir allí hasta que el gobierno les otorgue una vivienda, ya que la suya quedó sumergida bajo las aguas en las inundaciones del pasado mes de Abril.
Sin embargo, estas inundaciones, para niños de la Habana Vieja, resultó ser gustoso por la acumulación de agua en una vieja fuente ubicada en la calle Monte y Belascoain, sirviéndoles como piscina y centro de recreación. Todo el que pasaba por el lugar les pedía que salieran de la supuesta piscina ante el riesgo de contraer alguna enfermedad, pero ellos se sentían tan felices, que hacían caso omiso y continuaban jugando
En la calle Monte entre Arroyo y Matadero, varios adolescentes llenaban sus bolsillos de dinero, empujando autos que quedaban atrapados en medio de la inundación que existía en esa zona. Informa Lázaro Mujica Morales, uno de los jóvenes, que para esta acción, ellos cobraban a los conductores, fundamentalmente a los taxis particulares que transitan por esta ruta, entre 25 y 50 pesos moneda nacional (1 y 2 CUC).
“Debido a las deficiencias de la red de alcantarillados y a la acumulación de basuras en los desagües, el agua sube más de un metro” dijo Natividad Fragela, residente del lugar.
Muchas de estas personas afectadas ya han vivido, en el pasado, estas escenas de angustia y dolor, donde el gobierno cubano sólo les ha ofertado colchones a precios extremadamente altos, los cuales oscilan entre los 1000 y 1900 pesos moneda nacional. Por eso algunos se prepararon y decidieron, ante el anuncio de las fuertes lluvias, llevar muchas de sus pertenencias a lugares seguros, y otros, crearon lugares altos dentro de sus hogares para acumular sus pocas pertenencias.