Se puede apreciar –de forma constante- la demolición o la no terminación de edificios por falta de presupuestos y que al final, son entregados a empresas estatales que no los explotan al máximo debido a la corrupción existente en el país.
Un ejemplo de ello es el Hotel Casa Blanca, ubicado en el centro de Manzanillo, en la provincia Granma, en la calle Loynaz entre Merchán y José Miguel Gómez, otrora figura emblemática de la hotelería local, y que en la actualidad se encuentra en ruinas, como reservorio de desechos y donde pululan vectores transmisores de enfermedades como roedores, mosquitos y cucarachas.
Además -dada a la no existencia de baños públicos- muchas personas lo utilizan para realizar sus necesidades fisiológicas por lo que emana a su alrededor un olor, muy desagradable.
A todo esto se suma el peligro de derrumbe que puede ocasionar consecuencias fatales a vecinos y transeúntes; no obstante el gobierno local todavía no ha determinado su demolición y tampoco en qué va a ser utilizado el espacio constructivo.
Por otra parte, en la Avenida del Malecón entre 7ma. y 8va. en el reparto Vázquez está el cabaret Brisas del Mar, construido sobre las aguas del Golfo del Guacanayabo; ya el salitre se encargó de erosionar sus paredes destruyéndolas. Por falta de presupuesto para su remodelación será demolido.
También el policlínico comunitario #1 Francisca Rivero Aroche situado en la calle Martí, con pésimos trabajos de mantenimiento realizados en años anteriores, y que es el mayor de la localidad, con servicios de consultas, cuerpo de guardia, radiología y clínica estomatológica; tiene amenaza de derrumbe y será demolido, pues el nivel central no aprobó ni ha designado el presupuesto necesario para rescatar el edificio, que es casi indispensable por los servicios que brinda a la población.
En Manzanillo, es visible para los que aquí viven, el desvío de recursos, la corrupción y la falta de financiamiento, que juntas provocaron -de igual forma- que el teatro principal del municipio, localizado en la calle Merchán, a donde asistía el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, se demorara 20 años en ser remodelado.
Por último gran número de edificaciones pertenecientes al patrimonio nacional, por su gran valor histórico y cultural, corren el riesgo de la destrucción estatal, que origina el no otorgamiento al municipio del dinero necesario para la conservación y recuperación de todas las edificaciones ya mencionadas.
Estas son las nefastas consecuencias de los males que ha originado en nuestra sociedad un régimen que ya lleva más de 55 años en el poder, y ha destruido nuestro país.