Es probable que el opositor Yohannes Arce Sarmiento no llegue a ser enjuiciado por un presunto delito de Atentado. Su salud corre peligro en la sala de terapia intensiva del Hospital Agostino Neto, de la ciudad de Guantánamo.
El próximo 12 de junio cumplirá un mes en huelga de hambre. Decisión que tomó tras ser detenido, en la localidad de Caimanera, por realizar una protesta junto a otros activistas prodemocráticos en demanda de respeto a los derechos humanos.
En declaraciones brindadas al periodista independiente Roberto Quiñones y que publicó el sitio www.cubanet.org, el portavoz de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Guantánamo, Niober García Fournier, hace énfasis en el deterioro físico de Yohannes y en la golpiza recibida por resistirse al arresto. En el forcejeo con los guardias perdió un diente, indicó la nota.
El curso de la represión continúa en ascenso. Cada semana se reportan decenas de arrestos, golpizas y detenciones contra integrantes de los diversos grupos contestatarios que dentro de Cuba abogan por una transición a la democracia.
De acuerdo a un reciente informe del Centro de información Hablemos Press (CIHPRESS), en el mes de mayo se contabilizaron 1101 detenciones arbitrarias, de ellas 592 correspondieron al Movimiento Damas de Blanco.
En el texto también se hace alusión a los más de 80 prisioneros políticos y al hecho de que 24 de ellos no han sido llevados a juicio. Uno de los casos más representativos es el caso de Sonia Garro y su esposo. Ambos están en prisión hace más de 2 años sin haber pasado por ningún tribunal. Se han manejado diversas imputaciones para legalizar su estatus, pero hasta el momento continúan presos en franca violación del código penal vigente.
Ser madre de hijos menores de edad aumenta el dramatismo del caso y pone al descubierto la naturaleza criminal de un gobierno que sigue negándose a acatar los preceptos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No hay indicios de cambios en este ámbito. Lo que prevalece es la arbitrariedad en sus múltiples variantes.
Los Pactos de la ONU que una vez firmara el tristemente célebre canciller, Felipe Pérez Roque, caído en desgracia por saborear demasiado las “mieles del poder”, aun esperan por su ratificación.
No hay más que remitirse a las estadísticas para cerciorarse de que a Raúl Castro le importa un bledo lo que digan sobre la continuidad de sus políticas represivas.
Así que la orden de ir a validar tanto los Pactos de Derechos Civiles y Políticos, como los Económicos, Sociales y Culturales, no saldrá de su boca.
Su fin es mantener el control a toda costa. Morir de viejo en el poder. Para lograrlo no desestima ningún instrumento de terror.
Entre sus últimas víctimas aparece Yohannes Arce, el opositor que si no muere de causas asociadas a la abstinencia de alimentos, irá a la cárcel por unos cuantos años.
Por ahora, no tiene más alternativas.
[Imagen: Activistas de UNPACU en Guantánamo.]