El preso político Armando Sosa Fortuni, desde la prisión kilo 9 en la provincia Camagüey, me dio a conocer por vía telefónica que, unos doscientos reclusos en dicha prisión han presentado diarreas agudas, por lo que la dirección del penal decidió decralarla en cuarentena ante la sospecha bien fundada de la presencia del Viurio Cholerae, popularmente conocido por el virus del Cólera.
Las prisiones cubanas presentan un pésimo estado higiénico y hacinamiento total de la población penal, en dicha prisión los reos hace más de diez años consumen agua contaminada, la misma no recibe tratamiento alguno, es extraída de dos pozos que cuando llueve se llenan de agua que corre y libremente y la misma viene de una vaquería cercana. El tanque elevado que almacena el líquido no se limpia hace más de 8 ocho años y permanece destapado, donde aves de diferentes tipos y otros animales caen y se ahogan dentro del mismo, la limpieza del depósito que antes la realizaba un recluso, hoy es imposible ya que la escalera que da acceso a la parte superior se pudrió y se ha caído a pedazos, mientras los directivos de prisiones de esa provincia nada hacen para resolver tan caótico problema.
Por otro lado, la higiene en la elaboración y cocción de los alimentos es pésima, el agua es suministrada a los destacamentos dos veces al día de forma racionada, trayendo como consecuencia que los baños permanezcan atestados de heces fecales, todo esto atenta contra la salud de la población penal y cualquier virus o bacteria encuentra su hábitat en dichos lugares.
Pinar del Río, 3 de abril 2014.