El historiador y ensayista Rafael Arráiz Lucca (Caracas, 1959) pone su bisturí sobre la realidad venezolana con lucidez y, desde luego, con pasión. A su modo de ver no hay conciencia crítica entre los intelectuales entre comillas que apoyan al gobierno de Nicolás Maduro porque “sin crítica la tarea intelectual es inexistente”.
Arráiz, profesor titular de la Universidad Metropolitana de Caracas, considera que todavía se puede producir un cambio sin violencia en la sociedad venezolana, pero que esa circunstancia depende de la posición que asuman los dirigentes chavistas.
Desde de punto de vista del intelectual, que es también miembro de número de la Academia Venezolana de la Lengua, el país enfrenta una etapa muy crítica y oscura. Cree que los gobernantes actuales son reos de la cárcel ideológica que han instalado en la escena nacional.
Arráiz resume en estas pocas líneas su visión personal de la historia reciente de su patria: “Venezuela ha alcanzado el éxito en varios momentos de su historia, pero sin duda estos 17 años de socialismo premoderno han sido un fracaso en todos los órdenes de la vida social, económica y política. Lo importante es entender por qué fracasó el chavismo, qué hizo mal, cuáles errores no deben repetirse en el futuro”