Martes , 27 Junio 2017
Cualquier cosa en Venezuela

Cualquier cosa en Venezuela

La actualidad política de América Latina, siempre diversa, inquietante y compleja, vive en estos días bajo el signo de una pregunta que acapara la atención de los medios más importantes, aparece en los debates públicos, en las tertulias de amigos y en las conversaciones familiares: ¿Qué va a pasar en Venezuela?

Y es que nadie lo sabe. Las especulaciones de los expertos, las premoniciones de la mayoría de los especialistas y el anuncio de los que creen tener una bola de cristal para adivinar el porvenir de ese país suramericano, suelen coincidir en la descripción de un panorama sombrío, un conflicto de enfrentamientos y tragedias que pagarán más caro que nadie los ciudadanos, los que siempre tienen que pagarlo todo.
La descarga fatal de cualquier drama que se avecine caerá sobre los mismos que ahora padecen la escasez de alimentos y medicinas, la inseguridad en las calles, la falta de respeto a los derechos humanos, la ausencia las libertades individuales, la división de la familia y las distancias del exilio o el rigor de la cárcel.
No se conoce lo que pasará, pero se sabe, según las encuestas más recientes, que Nicolás Maduro tiene un índice de rechazo como no había tenido nunca ningún presidente venezolano y que un 83 por ciento de la ciudadanía votaría para revocarlo de su cargo. También es público y notorio que el heredero de Hugo Chávez, guiado por la copia de un guión estropajoso enviado por Cuba, no está dispuesto a dejar el poder y tiene la voluntad de hacer cualquier cosa para mantenerse al mando en lo que queda del año en Miraflores y, en 2017, darle continuidad al chavismo con la elección de un sucesor. Cualquier cosa para los autoritarios y los aspirantes a dictadores son los tanques y la pólvora.
La aspiración democrática de la sociedad se refrena, no se elimina definitivamente con la represión. Ese asunto se resuelve con un proceso de elecciones libres, que es lo que quieren los venezolanos. Y las mesas vacías no se llenan con el envío forzado de cirujanos, abogados, chóferes o albañiles a sembrar plátanos o a recoger café.
Nicolás Maduro ha vivido ese fracaso en la geografía cubana y toma esas medidas con prepotencia y disciplina porque su único empeño es eternizarse en su país con todos los andariveles vencidos de los hermanos Castro, el espectro de Chávez y las ruinas del socialismo. Él es el responsable directo de lo que pueda pasar en Venezuela.
Tomado de elmundo.es

 

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