Como una consecuencia del desplome del Campo Socialista, y la pérdida de los subsidios que a manos llenas recibía el gobierno cubano, lo que le permitía aplicar una política económica basada en la centralización y en el despilfarro, la tan cacareada potencia médica sufrió un duro descalabro, esta situación continúa a pesar de los tibios cambios que se han venido realizando que aunque han roto en algo el absoluto dominio estatal, sigue cerrado el campo de esta actividad para la iniciativa privada, como también ocurre en la educación.
Muchos centros de salud se ven en estado de abandono en su infraestructura, falta de remozamiento, higiene, pululan insectos y roedores, y los baños nada tienen que envidiarle a las instalaciones instaladas en muchos lugares públicos.
La atención a pacientes sigue siendo deficitaria. Muchos alegan que si no van con una “javita” no son atendidos correctamente. La falta de medicamentos hace más angustiosa la situación y propicia la corrupción en droguerías y farmacias, cosa ésta puesta al descubierto en unas recientes auditorías a los establecimientos que comercializan los medicamentos.
Falta la Dipirona, Aspirina, Salbutamol, los medicamentos que incluso se expendían liberados.
Menciono un caso y este es uno de miles que pululan la Isla. El Señor Robert Hernández Amador, vecino de la calle Caridad entre Ciclón y Rodolfo Balderas, Barrio Raúl Sancho, municipio de Santa Clara, provincia de Villa Clara, padece de una Hernia, de la cual no ha podido ser operado por falta de una malla. En esa situación hay cientos de pacientes, que por uno u otro motivo no pueden ser atendidos quirúrgicamente.
