Martes , 27 Junio 2017

Y siguen los problemas

Los meses de vacaciones se han caracterizado por sus intensas lluvias, trayendo como consecuencia el alza de brotes de diarreas agudas y vómitos, debido a sus aguas contaminadas, pero con anterioridad han habido situaciones que han puesto en riesgo la salud de los habitantes del pueblo de Manzanillo, en la provincia de Granma.

Recientemente la Empresa Combinado Industrias Lácteas (ECIL), cuyo director es Carlos Gilbert, anunció a través de la emisora de radio local, llamada Radio Granma, que la población que había adquirido la leche en polvo que se vende para los niños de cero a siete años que tuviera el número de lote 74, fueran a devolverla a una Unidad de la ECIL, pues estaba sujeta a análisis de higiene y epidemiología por posible contaminación.

La leche en cuestión era de procedencia uruguaya y fue reenvasada en bolsitas de nylon de 500 gramos cada una a las que se le pus la fecha de fabricación y de vencimiento. El lote que se vendió correspondía al tercer envío del mes.

El gran susto que se llevó la población hizo que se movilizara rápidamente y que incluso algunos por falta de economía llegaran al lugar a hacer el cambio de leche a pie. Dos empleados se encontraban junto a un custodio con dos jabas para el cambio del lácteo. En un nylon echaban la leche que recogían y en el otro tenían la que se suponía estaba en buenas condiciones y entregaban a la población.

A pesar de que como siempre el régimen trató de minimizar el problema, entre tantos afectados surgieron los comentarios de la irresponsabilidad de la dirección del centro y la pregunta de cómo se permitió que sucediera semejante cosa, pues no se llevó a cabo el control de la calidad de la misma; además los afectados se preguntaban por qué no se pasó por un laboratorio. Los trabajadores encargado del cambio guardaron silencio y no levantaron siquiera la vista.

A esta difícil situación que se presentó en el municipio, hay que añadir otras que se manifiestan de forma general en el país, como es la crisis alimentaria que tiene su detonador en la falta de dinero de la población para poder adquirir alimentos y artículos de primera necesidad. En lo que se refiere a la comida, en particular los productos cárnicos que el cubano de a pie no puede adquirir, solo tienen acceso a lo poco que les venden por la libreta de racionamiento.

Es por eso que se ve el espectáculo de las colas en las carnicerías para poder comprar lo que se puede llamar ”miseria de picadillo” cubierto de pequeños trozos blancos fétidos, que dicen es soya y otras veces gelatinoso que la población para poderlo comer lo coloca en una jaba de nylon, lo introducen en baño de María y cuando se endurece lo cortan en ruedas. Se come frito si tiene aceite para hacerlo o simplemente solo.

También en diferentes ocasiones el envío que se hace de jamonada -desde los almacenes cárnicos- que se vende por la libreta de racionamiento, tiene fetidez lo que indica que está en mal estado y son los propios carniceros los que se niegan a recibirla, porque consideran que es una falta de respeto a la población.

Estos hechos se repiten constantemente y no solo en la provincia Granma, pero en todo el país, el cubano de a pie vive constantemente tratando de ver como resuelve la comida del día para su familia, muchas veces incluso sin que puedan lograr una solución.

Manzanillo, 16 de agosto de 2016.

 


 

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