La Emigración, desde la existencia de los seres vivos, ha sido forma de intercambio, comercio, conocimiento. Con el decursar del tiempo, las especies se fueron desarrollando y para los animales, la emigración solo existe como medio de sobrevivencia. Escasea el agua, los alimentos y el macho alfa tiene la tarea de mover la manada hacia cualquier punto cardinal y ponerlos a salvo. ¿Cómo encontrar ese lugar donde su manada esté a salvo?, llamémosle “INSTINTO ANIMAL”, sin olvidar que este mismo instinto es lo que los mantiene unidos y a salvo.
El hombre, animal con raciocinio e inteligencia, desde sus orígenes utilizaba la migración, partiendo que tiene como causa mas frecuente la económica, para abastecer aquellas “necesidades”, entiéndase alimentación, cobija, que son sumamente importantes para su desarrollo.
Con la evolución del hombre, las necesidades se fueron haciendo mayores, el salir a buscar respuestas para las mismas, se convirtió en el primero de los problemas.
Hoy, en nuestro país se habla de una “modificación” a la Ley de Emigración, donde como Poncio Pilato en la crusificación de Jesús Cristo se lavan las manos con el cuento de “ya puedes viajar”, lo que otros no te reciben.
Trabas y más trabas acompañan estas modificaciones, dinero constante y sonante que jamás este pueblo honrado y trabajador tendrá, costos elevadísimos, burocratismo, papeleo en fin, si eres graduado universitario naufragas en el intento, no existe para él la posibilidad de “intercambiar conocimientos, experiencias” si eres hijo de “papá” o eres portador de algún “interés estatal” pues no tienes problemas, a viajar y ¿el resto?
Como idea bien pensada, solo consiguen llegar a concluir estos trámites engorrosos, las personas mayores, personas jubiladas que tienen una pensión de $200,00 moneda nacional equivalente a $8,00 CUC. Personas en su mayoría enfermas, achacosas, temerosas. Además no todos, es la minoría que tiene familia en el exterior y ponen el dinero para esto.
No existe igualdad cuando de dirigir a conveniencia se trata.
Gobernar es un don, y no todos lo tienen y el que intente imitar o protagonizar…fracasa, forman caos y descontento, y si no me cree, visite nuestras calles, escuche entre la multitud, converse con nuestros jóvenes, hable con nuestros niños. Ellos desde sus distintas edades y con sus palabras expresarán lo que sienten, ese descontento que nos ahoga.
Solo recordemos que aunque en genero seamos “Hombre” como antes mencione, en lo más profundo de nuestros genes, seguimos siendo y perteneciendo a la especie Animal, esa que por “instinto” se mantienen unidos y a salvo.