Martes , 27 Junio 2017

Viviendo dentro de la infección

¿Tenemos que enfermar para que resuelvan esta situación? Con esta pregunta comenzó la conversación que tuve con  la joven Maydelín y la señora Marta ambas vecinas del edificio situado en la calle 104, entre 93 y 91, municipio Güira de Melena, provincia de Artemisa.

Los residentes de estos edificios llevan varios meses acudiendo a las distintas direcciones municipales de Salud Pública y Vivienda; así como han enviado varias cartas al Consejo de la Administración Territorial, sin que hasta la fecha se le haya dado respuesta alguna.

Maydelín Álvarez que reside en el apartamento #3 del inmueble, narró que desde hace meses el edificio presenta una severa afectación en las redes sanitarias, trayendo como resultado que los excrementos y aguas fétidas se desborden y esparzan por los alrededores de los patios vecinos, dejando a su paso un desagradable tufo y lo que ella llama “una mosquitera irresistible”, durante todo el día.

Es de mucha preocupación para todos los moradores de este lugar, que además de lo desagradable e incómodo del mal olor, estas pudriciones se mezclan con el agua potable de las redes hidráulicas del edificio e incluso, en el patio del apartamento continuo está la cisterna de la que se abastecen y consumen los moradores, entre ellos los niños de este bloque de apartamentos que -además- por las rajaduras en sus paredes  recibe las aguas fétidas en su interior.

Otra de las entrevistadas fue la señora Marta Domínguez que alegó las múltiples visitas realizadas por ella a las dependencias gubernamentales para estos casos y lo más decepcionante, la mala atención que ha recibido en cada lugar. Explicó los disgustos y discusiones con funcionarios de Salud Pública por evitar que personas contraigan enfermedades producto a esta situación y dejó claro que en su opinión estas instancias del gobierno, lo único que hacen es evadir la responsabilidad y remitir al demandante a otra dependencia para distanciarse del problema y no tomar cartas en el asunto; lo que ha traído como consecuencias que aun su vivienda continúa afectada.

Al estar concentradas todas estas funciones en el Estado, no les queda más remedio a estas familias que proseguir con su reclamo por la salubridad e higiene de sus hogares; lo que  los lleva a un grado extremo de ansiedad e impotencia, que en la opinión de este reportero padece todo el pueblo de Cuba.

Artemisa, 8 de diciembre de 2015.


 

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