La reforma migratoria implementada por el gobierno cubano que entró en vigencia el pasado 14 de enero representa un avance en cuanto a la eliminación de trabas burocráticas, tales como la Carta de Invitación y el Permiso de Salida, que eran excesivamente onerosas y dilataban sobremanera el proceso para poder viajar desde Cuba. Aunque el gobierno, en su afán recaudatorio, incrementó el precio del pasaporte a niveles inaccesibles para la gran mayoría de la población cubana.
Asímismo, el gobierno cubano sigue violando el derecho de todos los cubanos a entrar y salir libremente de su país, tal y como defiende el artículo 13-2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Concretamente, hasta donde sabemos, el gobierno ha negado la salida del país a los opositores José Daniel Ferrer García, Ángel Moya Acosta, y recientemente, a la señora Gisela Delgado Sablón, directora del Proyecto de Bibliotecas Independientes.
Nosotros creemos que esta aplicación política y arbitraria de la ley migratoria pasa por encima de derechos universalmente reconocidos, como la libertad de opinión, de expresión, de asociación, hasta violar finalmente, el de libre entrada y salida del propio país.
La entrega selectiva de autorizaciones para salir del país es la demostración de que la anunciada “Reforma migratoria” es otra pantomima del gobierno cubano. En un sistema internacional coherente con los valores que predica, Cuba no podría presidir una organización regional (CELAC) que entre sus valores sostiene la defensa de la democracia, cuando al mismo tiempo vulnera de esta manera estos derechos.
Invitamos a todos los cubanos cuyo derecho a entrar y salir libremente esté siendo violado, vivan en la isla o en el exilio, a que exijan el cumplimiento de esta norma internacional y a denunciar su vulneración.
Observatorio Cubano de Derechos Humanos
Madrid 08 de febrero de 2013