Martes , 27 Junio 2017
Un mal en aumento: la indigencia callejera

Un mal en aumento: la indigencia callejera

El nivel de mendigos en las calles va en ascenso; no solo en la capital, pero también en algunas provincias del país. Lo que se suponía que había erradicado hace tiempo la “Revolución Socialista” resulta hoy una realidad a cada paso que se da. Los principales factores son: el rechazo familiar y la falta de viviendas, ambos problemas sociales que parecen insolubles.

La mayoría de las personas que se encuentran en esta situación, pertenecen a la tercera edad. Habría que recordar que, dentro de 10 años, más del 35% de la población cubana será mayor de 60 años, porque las mujeres no quieren parir y los jóvenes ven su futuro fuera de Cuba.

Es por eso que lo mismo se encuentra un anciano pernoctando en una parada de ómnibus, que pidiendo limosnas en una cafetería para alimentarse y poder sobrevivir, quizás tenga una pensión, pero seguro no le alcanza ni para una semana de subsistencia.

 

Resulta triste ver como los niveles de indigencia poblacional van en aumento, las supuestas instituciones estatales de Seguridad Social dejan mucho que desear en su gestión y desempeño. El paternalismo estatal que enseñaron al mundo durante muchos años, terminó.

He podido constatar un señor entrado en años pidiendo limosnas para poder llevar un poco de alimento a su desnutrido estómago, ver cómo duerme alguien desamparado en un contenedor, en aceras públicas o deambulando por las calles como autómatas, en espera que el Creador Divino haga su voluntad.

Cuando el ya difunto Fidel Castro y su camarilla de guerrilleros barbudos, tomaron el poder en 1959, una de las tantas promesas que le hizo a este pueblo fue que “la revolución se había hecho por los humildes y para los humildes”, dejando bien esclarecido que la miseria y los mendigos serían erradicados de las calles, y que ningún anciano, mujer o niño quedaría desamparado por la “revolución”.

 

Pasados 57 años de lo que puede calificarse como “involución”; la isla se encuentra ante un panorama muy diferente a lo que el tirano prometió; las instituciones de Seguridad Social encargadas de proteger este grupo etario, dejaron de hacerlo por orientaciones de la cúpula gubernamental.  Algunos ancianos -quienes en el siglo pasado fueron jóvenes-  y muchos de ellos dieron su apoyo incondicional al régimen, incluso exponiendo sus vidas en las guerras y guerrillas que la dictadura patrocinó por el mundo, ahora están sumidos en una deprimente miseria, divagando en un limbo de incertidumbres y penas, sin apoyo, abandonados y traicionados por aquellos que falsamente les prometieron una vida digna.

En la misma medida que transcurra el tiempo y siga descapitalizándose la vivienda por la falta de reparación, serán más los que integren este grupo social que pronosticaron no se volvería a ver en Cuba.

La Habana, 27 de diciembre de 2016

Por: Jorge Bello Domínguez.

Teléfono: 53353648


 

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